Las XI Jornadas de Performance de la Fundación Caja Castellón han concluido con un balance extraordinariamente positivo. La institución destaca que, para las tres sesiones programadas este año, se han recibido más de 400 solicitudes de asistencia, cifra que evidencia el creciente interés y la fidelización de un público que, edición tras edición, se da cita en la Sala San Miguel para vivir este tipo de experiencias vinculadas a la creación contemporánea. Un logro que confirma que ya existe una comunidad activa y curiosa que se reconoce, se encuentra y crece en torno al lenguaje performativo.
Desde 2016, la Sala San Miguel se convierte cada año en escenario y laboratorio del arte de acción. Una disciplina que, surgida en torno al dadaísmo y vinculada posteriormente al conceptualismo, se caracteriza por utilizar el cuerpo como herramienta principal de creación, rompiendo con los límites narrativos y los códigos convencionales de la escena. La Fundación Caja Castellón ha apostado de forma constante por este terreno fértil de experimentación y diálogo, convirtiendo sus jornadas en una referencia dentro del panorama cultural del territorio.
Cinco acciones y una experiencia colectiva
La XI edición ha desplegado un programa articulado bajo el lema C.T.A.: COS, TERRA, AIGUA, comisariado por Álvaro Terrones y Alfredo Llopico, en colaboración con la Universitat Politècnica de València. La propuesta ha reunido cinco acciones que han explorado la relación entre cuerpo, materia y presente desde múltiples miradas, donde vulnerabilidad, escucha y resistencia han sido hilos conductores.
El pistoletazo de salida llegó con una sesión doblemente especial: por un lado, la presencia en la Sala San Miguel de un dúo icónico del arte de acción en España Los Torreznos; y por otro, la continuidad de una línea de programación que vincula Castelló con algunos de los nombres más destacados del ámbito nacional, como ya se había hecho en ediciones anteriores con Miss Beige o Marcel·lí Antúnez.
Con La Cultura, Los Torreznos —Jaime Vallaure y Rafael Lamata— ofrecieron una acción escénica cargada de humor, pensamiento crítico y una mirada lúcida a lo social y lo cotidiano. Con un lenguaje directo, irónico y sorprendente, pusieron en juego tres ideas sobre la cultura que despertaron reflexión y risas en igual medida, tejiendo una experiencia accesible y profundamente estimulante para el público asistente.
Cuerpo, vulnerabilidad y pensamiento en acción
Las jornadas del 5 y 6 de diciembre ofrecieron un recorrido por distintas formas de entender la presencia y el gesto en acción. Teresa Vilar abrió el ciclo abordando la vulnerabilidad del cuerpo expuesto y el dolor como tránsito emocional a través de la repetición y el desgaste físico, mientras que Jason llevó a la sala la fuerza de lo irrepetible, con acciones que se presentaron como experiencia pura, despojadas de simbolismos previos o interpretaciones cerradas. Por su parte, Marta de la T Mallafré exploró la relación entre cuerpo y espacio como si este fuera un territorio vivo, trazando un diálogo continuo entre pesos, vacíos y movimiento.
La segunda jornada mantuvo la intensidad con propuestas centradas en lo colectivo y lo sensorial: SURCOS, grupo surgido en la UPV, desplegó una acción coral que convirtió la corporalidad en motor de encuentro, impulso y comunidad, mientras que el cierre corrió a cargo de Santiago López, artista sonoro que combina saberes industriales con una aproximación radical a la materia, creando idiófonos de metal amplificados que hicieron vibrar literalmente la Sala San Miguel.
Una edición que refuerza vínculos y proyección futura
Para la Fundación Caja Castellón, el resultado de esta edición demuestra que el arte de acción posee una gran capacidad de generar participación, pensamiento y emoción. La respuesta del público —con aforo completo y una notable demanda previa— refuerza el compromiso de la institución con la creación contemporánea más viva y experimental.
“Cada año vemos cómo se amplía la comunidad que acude a estas jornadas. Se ha consolidado un grupo fiel y activo en la Sala San Miguel que encuentra en la performance un espacio de descubrimiento, de cuestionamiento y de disfrute compartido”, destacan desde la Fundación.
Tras once ediciones, estas jornadas son ya un hito cultural de la ciudad y un punto de encuentro imprescindible para artistas, investigadores y espectadores interesados en nuevas formas de expresión. Con una clara vocación de continuidad, la Fundación Caja Castellón mantiene firme su propósito de seguir impulsando este espacio abierto de creación, diálogo e intercambio en los próximos años.
Fuente: Fundación Caja Castellón
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