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Los once en argentina
27November
Artículos

Los once en argentina

Los que conozcan algo sobre la historia del arte cubano habrán descubierto que, de acuerdo con el rigor histórico, este título debería ser tomado por un disparate, porque el grupo de pintores y escultores cubanos vinculados a la abstracción y llamados por ese nombre debido a la cantidad de sus componentes, nunca expusieron, como grupo, en la nación sudamericana. Lo que ocurre es que ese número parece tener una especial atracción para nuestros artistas plásticos, y si lo dudan piensen que también fueron once los artistas que formaron parte de la muestra antológica Volumen Uno, celebrada en enero de 1981 en La Habana y que, al igual que los abstractos de 1953, mudaron los aires del arte cubano, cada uno a su manera. Entonces, ¿a cuáles once nos referimos en el título de esta cuarta entrega de El archivero? Empecemos por señalar que la década del cuarenta resulta esencial en el desarrollo y promoción internacional del arte cubano. En una época en que aún el traslado de exposiciones de un país a otro no era un hecho corriente y mucho menos cuando se encontraba inmersa en una Segunda Guerra Mundial que cubrió la mitad de estos diez años, la pintura cubana se dio a conocer con exposiciones efectuadas en Nueva York, Port-au-Prince, Ciudad Guatemala, Moscú, Ciudad de México, Estocolmo y Santo Domingo. La primera que se organizó en Sudamérica fue en Buenos Aires en 1946. La historia de esta muestra resulta curiosa, y los protagonistas fueron el pintor argentino Emilio Pettorutti y el crítico de arte cubano, José Gómez Sicre. El primero, por entonces director del Museo de Bellas Artes de La Plata, tenía entre sus proyectos dar a conocer el arte de los países latinoamericanos, y con este fin había presentado con anterioridad a la cubana, una exposición de arte brasileño y se habían programado otras para los meses y años subsiguientes. Por otra parte, para la selección de los artistas y de las obras que nos representarían se seleccionó a José Gómez Sicre quien ya había intervenido en la antológica exposición de Nueva York, en 1944. Curiosamente dos años después de efectuada la exposición en el MOMA, Gómez Sicre casi no alteró la nómina de artistas y en su “Introducción” publicada en el catálogo lamentaba no haber incluido a los pintores primitivos Feliscindo I. Acevedo y Rafael Moreno, ya que por razones de transportación no se podían incluir lienzos. Víctor Manuel no fue seleccionado, pero el gran ausente, al igual que en la ocasión anterior, fue Wifredo Lam. A pesar de las sugerentes ausencias podemos conjeturar que el conjunto era bastante representativo con un total de 71 obras de once artistas: Amelia, Ponce, Carlos Enríquez, Carreño, Portocarrero, Felipe Orlando, Mariano, Diago, Girona, Cundo y Martínez Pedro. Por suerte, esta exposición no ha pasado al olvido, como ha ocurrido con otras similares, incluso más significativas, porque quedó para la memoria un excelente catálogo que recoge la foto personal de cada artista, una ficha biográfica, la reproducción de una obra y el listado de las mismas. Los textos fueron escritos por Pettorutti y Gómez Sicre, y también se reproducen. El segundo capítulo de esta historia la protagonizó el crítico de arte cubano Toni Piñera quien, durante una visita a Buenos Aires en 1998, o sea 52 años después de la inauguración de esta muestra, “descubre” en el Museo de La Plata la existencia de once obras de artistas cubanos en la colección. Con la ayuda de instituciones y del artista cubano residente en Argentina Jorge Fernández-Trebejos desentraña el enigma. Todo parece indicar que Pettorutti, además de promover el conocimiento del arte latinoamericano en su país, pretendía convertir este museo en un importante centro cultural con colecciones de arte de toda la región. Y entonces ocurrió algo casi mágico, de pronto aquellas once piezas se unieron a la muestra de 35 artistas que llevaba Piñera, y después de tantos años se reúnen en un mismo espacio varias generaciones de artistas cubanos en la exposición titulada Cubanías: de la isla caribeña 52 años después. Según testimonio de Julio Girona, entrevistado posteriormente por el crítico, las obras fueron adquiridas por el museo después de la exposición y pasaron a formar parte del acervo de la institución. Como he planteado con anterioridad, un archivo no alcanza a revelar todas las incógnitas, queda por dilucidar, por ejemplo, ¿qué sucedió con el proyecto de Pettorutti? Quizás un archivero argentino tenga la respuesta…

Portada del catálogo de 1998. En la portada obras de Roberto Fabelo y Mariano Rodríguez
Cover of the 1998 catalog. In the cover, artworks by Roberto Fabelo and Mariano Rodriguez

Portada del catálogo de la exposición en La Plata, 1946
Cover of the exposition catalog in La Plata, 1946