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Artistas latinoamericanas a reivindicar: hay vida más allá de Frida Kahlo
08March
Artículos

Artistas latinoamericanas a reivindicar: hay vida más allá de Frida Kahlo

Cuando se habla de mujeres artistas de Iberoamérica a casi todos se nos viene a la cabeza un retrato de Frida Kahlo. Con su porte seguro, mirada intensa, resuelta, absoluta. Es, sin duda alguna, la artista más conocida y admirada del continente y su figura ha contribuido de manera inconmensurable para elevar la figura de la artista en esta región del mundo.

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Sin embargo, como ella, hubo muchas más creadoras que trataron de alzar la voz en un mundo eminentemente masculino. Mujeres que se abrieron camino blandiendo sus pinceles, inundando de color el campo yermo que el mundo artístico representaba para ellas. No por su calidad, sino por ser pioneras, por irrumpir, por querer expresarse.

Hoy, 8 de marzo, conviene más que nunca recordar algunas de estas pintoras iberoamericanas que, además de Frida Kahlo, merecen su lugar en la historia del arte.

Leonora Carrington

 

“Leonora Carringtón en su casa, retrato”. Foto: Nacho López vía Instituto Nacional de Antropología e Historia / Sistema Nacional de Fototecas (CC BY-NC-ND 4.0)/ Tomado de Mymodernmet
“Leonora Carrington en su casa, retrato”. Foto: Nacho López vía Instituto Nacional de Antropología e Historia / Sistema Nacional de Fototecas (CC BY-NC-ND 4.0) / Tomado de Mymodernmet

 

Nacida en Lancashire, Inglaterra, en 1917, y nacionalizada mexicana, supone una de las mayores exponentes de la pintura surrealista. La artista de la magia, de lo místico, que invoca con sus cuadros lo sagrado, lo bello, lo profundo. Alejada de ninguna religión en particular, transmite para todos por su variedad de influencias. Sus estudios en París, sus referencias a la cultura celta y su representación de las creencias mayas, convierten su obra en un auténtico mosaico cultural.

Amiga y compañera de la pintora Remedios Varó, formaron parte en esta ciudad del círculo de los surrealistas de Dalí, Picasso y Breton. Sin embargo, ambas se alejaron de ellos por sus anticuadas opiniones sobre las mujeres, a las que consideraban como musas en potencia.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, se vio obligada a exiliarse primero en España y después en México, país al que llegó en 1945 y del que se enamoró rápidamente. Allí su obra obtuvo el reconocimiento que merecía durante la década de los 50, 60 y 70. También fue figura clave del Movimiento de Liberación de las Mujeres que tuvo lugar en el país en los años 70.

La pintora murió en 2011, a la edad de 94 años, dejando atrás un incalculable legado que forma parte de las galerías del MoMa de Nueva York, la Tate Gallery en Londres, el Peggy Guggenheim de Venecia y el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México. Además, desde el 11 de febrero, se puede visitar en Madrid por primera vez una exposición en su honor.

Teresa Burga

 

Teresa Burga en el Malba (PH: Alejandro Guyot) / Tomada de María Paula Zacharías
Teresa Burga en el Malba (PH: Alejandro Guyot) / Tomada de María Paula Zacharías

 

Nacida en Iquitos, Perú, en 1935, Teresa Burga revolucionó la escena artística de su país en las décadas de los 60 y 70 con la introducción de nuevas corrientes de vanguardia Pop Art y el Arte Experimental.

Comenzó su carrera en lo más intenso de la agitación política en Perú y siempre se mostró reactiva y crítica con la época y la situación social en la que se encontraba. Colocando a la mujer en el centro de su representación artística, dedicó su obra a teorizar sobre la situación de esta en el mundo artístico y social, parodiando los roles sexistas del momento y retratando la mercantilización del cuerpo femenino.

Artista multimedia por su exploración de la pintura el dibujo, la escultura y también la innovación en forma de instalaciones y happenings. Ejemplo paradigmático es “Perfil de la Mujer Peruana”, en el que exploraba los estereotipos de género a través de una exposición multidisciplinar colaborando la psicóloga Marie-France Cathelat.

Murió en Lima en 2011, dejando tras ella una estela que ha elevado, ya no solo la figura de la mujer creadora sino todo el arte peruano y latinoamericano, a una categoría superior. Siempre reinventándose, siempre a la vanguardia. Sus obras se pueden visitar en el Art Institute de Chicago, en el Centre Pompidou de París o en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires entre otros.

Marta Minujín

 

Marta Minujin /Tomada de redes
Tomado de redes sociales

 

Una artista arrolladora, sorprendente, abrumadora: Marta Minujín, pionera del arte vanguardista, desarrolló su obra en los 60, 70 y 80. Tras una infancia que ella misma ha definido como “horrible” se alza como una de las grandes exponentes del Pop Art. Instalada en este movimiento, colaborando ocasionalmente con Andy Warhol, sus obras destacaban por su tendencia a la performance y a la participación activa del público.

En exposiciones como La chambre d’amour (1963) y ¡Revuelquese y Viva! (1964), la artista se encargó de crear a partir de colchones multicolor estructuras que evocaban formas humanas. En estas instalaciones se invitaba a los asistentes a dejar atrás sus modales, a desinhibirse en un universo acolchado y libre.

Mónica Mayer

 

Mónica Mayer/ Foto: MUAC
Foto: MUAC

 

Llegamos a una artista en activo, en ebullición. Nació en 1954 en Ciudad de México y ha sido en este país donde ha desarrollado buena parte de su obra. Arte político, feminista, comprometido: así son las creaciones de Mónica Mayer. Siempre con un foco en la actualidad, en la situación de la mujer, ha desarrollado su obra principalmente en el campo de la performance y el arte gráfico digital.

La definición de arte ha sido una de las cuestiones centrales de su obra, siempre inconforme, tratando de redefinir lo dado. En 1983 creo junto a Maris Bustamante el grupo de arte Polvo de Gallina Negra, pionero en México, dedicado al arte conceptual, en el que prima el activismo político y la feminidad.

Una de sus obras más celebradas de siempre ha sido El tendedero, presentada por primera vez en 1978. En ella se invitaba a mujeres de todas las clases sociales a colgar papeles en los que se les pedía expresar lo que más detestaban de la ciudad en un tendedero para colgar ropa. Esta obra, debido a su reconocimiento, ha sido repetida en numerosas ocasiones durante años en diversos lugares del globo.

Su obra se puede visitar en Madrid en la exposición Luchadoras, mujeres en la colección del MUAC, organizada por La Casa de México. Además, el 11 de marzo en el Museo Cabañas de Guadalajara se inaugurará 40 años de Polvo de Gallina Negra, que rinde homenaje a esta icónica formación y que comenzará con una ponencia de la mano de la propia Mayer.

En portada: Marta Minujín y una de sus obras/Tomada de redes sociales