Muere el Maestro

Ese mago de los efectos visuales, el célebre creador venezolano Carlos Cruz-Diez, uno de los máximos exponentes del op art (arte óptico) internacionalmente, falleció a los 95 años, este agosto, en París. Él, conjuntamente con Jesús Soto, Alejandro Otero y Juvenal Ravelo, conforma el movimiento cinético de Venezuela, que se movió sobremanera a todo lo largo del pasado siglo XX hasta devenir en uno de los más significativos de nuestra América.

Una imperecedera huella creativa del artista y amigo, la pieza: Inducción cromática para La Habana, ubicada en las intersecciones de Avenida de los Presidentes y Salvador Allende, calle Zapata, la regaló a la capital cubana hace 20 años, y en ella se reflejan los colores de nuestra enseña nacional. 

El conjunto escultórico –integrado por tres arcos de círculos construidos en hormigón armado recubierto de cerámica roja, blanca y azul con aplicaciones de láminas de aluminio-, fue donado por el maestro al pueblo cubano en ocasión del aniversario 40 de la Casa de las Américas (1999). En aquella ocasión, Cruz-Diez, contó a este periodista que en su memoria se perdían las veces que había venido a la isla caribeña y que en esa oportunidad ”se sentía muy honrado por ser uno de los protagonistas del importante aniversario de la Casa”.

Además de la escultura inauguró en la institución de 3ra. y G, en el Vedado la exposición De la estructura al espectro cromático. Una muestra en la que como en toda su obra se cuestionaba la estática y la permanencia de la bidimensionalidad. Aunque en esta se ponía, además en juego, lo efímero, lo mutante. En aquella exposición sobresalía la cámara de cromosaturación –que databa de 1965 y nunca se había mostrado aquí.  Con ella, el espectador percibía el color  de forma “bruta, aislada, contrariamente a la naturaleza”, resumía el creador.

Investigador / artista nato

La sensibilidad creativa del artista residía en su carácter experimental, pues nunca fue en la búsqueda de un arte intimista, y aunque laboró apoyado en patrones/sistemas/ritmos, estaba consciente de que el arte debía ser vivido, compartido y experimentado por todos. Y fue su leitmotiv perenne recrear el entorno del ser humano para que este pudiera respirar el arte, propiciando para ello una continua interactividad entre obra/espectador. En esta forma se elabora su creación donde el color y el movimiento son sinónimos, situando a quien lo disfruta como parte de él. De allí el juego con los colores y los reflejos entre pieza y observador.  

De aquella visita a nuestra Habana quedaron memorias en tinta y papel…Los más lejanos recuerdos del creador se encontraron en la distancia con aquel niño acompañado todo el tiempo de unos inseparables y buenos amigos que siempre conservó: las cajas de colores, un laboratorio de fotografía y una guitarra. Le encantaba –contó siempre sonriente- todo lo que es la imagen. A los 13 años se fabricó una cámara de minuteros (de cajón que se utilizaban en las plazas públicas), y dijo que conservaba –impecables- ¡fotos de esa época! ¿Y la guitarra?, pregunté. En mi familia –expresó-  hemos sido melómanos, y encuentro música en el color.. El cinetismo tiene de musical. He hecho también cine, tiras cómicas, periodismo... Aunque confesó que desde pequeño no hacía otra cosa que “dibujar y pintar”.

Desde sus inicios, por su búsqueda de la experimentación, la obra de Cruz-Díez se vinculó con arquitectura/urbanismo, por lo que se puede encontrar en plazas, teatros, edificios, avenidas, aeropuertos, y otros sitios públicos de Venezuela y el mundo. Es, no hay dudas, un mago de los efectos visuales que, con frecuencia aplica coloridas mezclas sobre un plano único y produce colores que no han sido aplicados, originando tonos virtuales o subjetivos. A ello nombró el artista: Fisiocromías. En sus obras, Cruz Diez maneja conceptos pictóricos que revolucionaron las técnicas tradicionales empleadas hasta entonces en el país.

En su larga trayectoria artística recibió numerosos lauros y reconocimientos: el Premio Nacional de Artes Plásticas en Venezuela (1971), Premio de la 3era. Bienal Americana de Arte (Córdoba, Argentina), Premio de la IX Bienal Internacional de Pintura en Sao Paulo, 2do. Premio del Festival Internacional de la Pintura (Francia), Orden Andrés Belloen su Primera Clase (Venezuela), Medalla de Oro, Trienal Internacional de Imprenta  (Noruega), Comandante de las Artes y las Letras (Francia)…

Huellas del insigne creador quedaron no solamente en la pintura y la escultura por doquier. Sus intervenciones en la arquitectura alcanzaron muchos puntos del universo. Desde su época de estudiante en la Escuela de Artes, pensaba que el artista debía reflejar las circunstancias de su tiempo en un testimonio que pudiera sensibilizar a las gentes e inducirlos a cambiar sus "nociones' y actitudes abriéndole caminos al espíritu. Siempre trabajó sin descanso para cambiar esa sumisión perceptiva, realizando "obras compartidas"; es decir, que el artista "impusiera" en su discurso una parte y el espectador lo completara interviniendo manualmente o desplazándose ante la obra hasta encontrar el punto de vista de su agrado.

Precisamente, durante la Semana del Arte en Miami, con motivo de la Feria Internacional Art Basel 2017 realizó una interesante obra sobre el pavimento, cambiando los colores  de un paso peatonal, casi al inicio de la concurrida calle Miracle Mille, de Coral Gables, haciendo realidad la obra compartida con los espectadores/peatones… En la Feria Internacional de Bogotá ArtBo, el maestro ha engalanado muchos espacios con su creativa obra de colores, formas y movimiento que atrapan siempre todas las miradas por su originalidad. Las páginas de nuestra revista Arte por Excelencias se ha hecho eco muchas veces de las creaciones del insigne artista por diversos países.

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Arte por Excelencias aterriza en Miami

Carlos Cruz- Diez da la bienvenida, a todo color, en ARTBO 2018

El tiempo pasó, Cruz-Diez no estará más con nosotros, pero quedan sus creaciones para contar la historia, como huellas indelebles de su paso por esta tierra. Crear para revolucionar, aportar siempre y que el tiempo decidiera fue preocupación fundamental del artista, cuyas monumentales obras reposan hoy en las calles, museos, plazas… de ciudades importantes del mundo.