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El ángel del Mella
22October
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El ángel del Mella

EL PRINCIPAL ESCENARIO DEL CIRCUITO TEATRAL DE LA CALLE LÍNEA ARRIBA A SUS 55 AÑOS DE VIDA. ARTE POR EXCELENCIAS ENTREVISTA EN EXCLUSIVA A DAYSI ESTABLE, QUIEN FUERA SU DIRECTORA POR MÁS DE DOS DÉCADAS

En los años noventa —la juventud logra de uno esas locuras—, me creí actor y con un grupo de amigos formé parte de un grupo humorístico que dio bastante de qué hablar, no tanto por la actuación —ya dije que ser joven es una cosa maravillosa— como por los asuntos que nos atrevimos a plasmar en escena. «¿Y eso a que viene, periodista?, ¿no iba a hablar del Mella?», protestará el lector. Pues que a esa plaza no tendremos cómo agradecerle el que nos haya acogido cuando otras nos cerraron las puertas. Y si alguien siempre se entusiasmó con nuestro humor cuestionador y sarcástico esa fue Daysi Estable, esta señora elegante y de hablar pausado que ahora tengo ante mí en calidad de entrevistada y que estuvo al frente del Mella —su teatro— por más de 20 años, casi la mitad de los 55 que cumplirá la institución. Dejo entonces que la grabadora haga lo suyo. Yo solo escucho para tratar de trasladar, a través de Arte por Excelencias, toda la sabiduría que desborda su consagración a este palacio de las artes, situado en Línea entre A y B, en El Vedado habanero.


«En 1961 hubo una gran revolución cultural en nuestro país. Hacía poco tiempo que habían acontecido las Palabras a los intelectuales de Fidel. Es cuando se convierte en Teatro Mella el antiguo cine Rodi, que desde su inauguración, en 1952, había sido muy elitista.


»Rodi era el apócope de Rodríguez. Desde cualquier edificio alto de El Vedado se podía observar la torre con ese nombre bien destacado. Esta esquina fue siempre de mucha cultura. Había una asociación de vecinos en la que se impartían clases de música, de corte y costura… En los jardines se celebró por primera vez en nuestro país el Día Mundial del Árbol. La función inaugural fue con el filme Quo vadis?, de Estados Unidos.


»Una curiosidad: el número telefónico que tenía la institución cuando se refundó en 1961 ha sido conservado hasta la actualidad. El público se ha acostumbrado durante décadas a llamar para averiguar sobre la programación.


»El Mella se ha caracterizado por ser un teatro de mucha actividad cultural. Para ello hay que trabajar muchísimo, requiere de un esfuerzo extraordinario, y solo se puede hacer con un equipo como el del teatro, con tantos deseos de seguir siendo lo que son. A veces había reuniones donde me preguntaban: “Daysi, ¿cuántos equipos técnicos tú tienes”. Yo respondía: “Uno solo”.


»Esa explotación máxima, por otro lado, también significa agotamiento de la técnica, las luces, el sonido… El deterioro es más rápido y avanzado que en otros teatros. No siempre podíamos brindarle al artista —y eso nos dolía— todos los requerimientos técnicos que necesitaba, y había que apelar a que el mismo creador los alquilara.


»El Mella tiene un ángel… es la vitrina de la calle Línea, y todo el mundo tiene la buena costumbre de mirar hacia la marquesina, lo mismo a pie que desde una guagua, y ver el anuncio de la función fundamental de la semana. Posee una situación geográfica que ayuda muchísimo, porque asistir a una instalación que está en una arteria fundamental, con más opciones de transportación, es más fácil, a pesar de que es casi un lujo, no tanto por la entrada como porque son muchos los gastos: la entrada, la transportación…; es casi una efeméride para la familia: ¿hoy es tu cumpleaños?, pues te voy a regalar ir al Mella.


»Pero de nada vale la situación geográfica si no hay una calidad sostenida en la programación, y es sobre todo por ello que tenemos un público que nos es fiel. Y si no hay que ver que ya se reabrió el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso y hacia allá han vuelto las funciones del ballet, de la danza, pero aun así nuestra sala se repleta todas las semanas. Antes solo se hacían funciones los fines de semana, y logramos convencer a los creadores de que también los días entre semana el público responde si hay una propuesta estética que logre satisfacer sus requerimientos.


«El Mella ha sido el teatro donde han debutado muchos grandes artistas de este país. Y cuando comenzaron me decían desconfiados: “Pero ¿cómo usted me va a dar un lunes o un martes?”. Y yo: “Tú verás que sí. Comenzaré a vender entradas una semana antes, y si no vendo el teatro completo me quito el nombre”. Y entonces llegaba el día de la función y tú los veías con una camarita en la acera de enfrente filmando aquello, porque no lo podían creer. El creador sueña y, como soñador al fin, quiere ver sus sueños hechos realidad.


»Los artistas también nos son muy fieles, un ejemplo son los humoristas. Alguna que otra persona me decía: “Claro, te vas por lo más fácil, que es el humor”. Y yo le contestaba: “Te equivocas: hacer humor es muy difícil, sobre todo cuando tiene calidad”. Hay que ver cuánta gente disfrutó de un espectáculo como el que hicieron Xiomara Palacios y Osvaldo Doimeadiós aquí. No es lo mismo pararse en el escenario a decir cosas chistosas que hacer un humor sano e inteligente, ese que no recurre a la burla, y nuestro público sabe diferenciarlo. Hay que recordar que fue en este teatro que surgió el Festival Nacional del Humor Aquelarre. Por primera vez se reunían humoristas de todo el país a competir y confraternizar. La fiesta verdadera de las brujas se daba y se sigue dando aquí en el Mella.


»Y si vamos a hablar de espectáculos perdurables en estos 55 años del Teatro Mella no puedo dejar de mencionar Vida, de Lizt Alfonso y su compañía. Vida marca un antes y un después de esta institución. Fue un mes a teatro repleto. Todavía hay personas que suplican se reponga.


»Ni hablar del Festival Internacional de Ballet. Aquí hemos acogido a todas las prestigiosas compañías extranjeras que han llegado a La Habana. Muchos nombres como Carlos Acosta y los Carreño también han subido al escenario de la calle Línea. Cuando ni se soñaba que Cuba y Estados Unidos restablecerían relaciones, presentamos una compañía norteamericana de tap que aún se recuerda. Los balcones estaban repletos, los bomberos nos amenazaban con multarnos. Fue tremendo.


»Siempre se queda algo sin mencionar, pero puedo agregar a la Compañía Shakespeare, de Inglaterra, mejor espectáculo extranjero del año en 2014; qué manera la de desdoblarse de esos actores; las compañías danzarias de la India y de China… Son tantos hitos los que marcan la historia del Teatro Mella…».