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Farah Atassi, una pintora-escenógrafa
10November
Artículos

Farah Atassi, una pintora-escenógrafa

Cuando hace 15 años Michel Gauthier, conservador del Centre Pompidou de París, estuvo frente a frente con un cuadro de Farah Atassi (Bruselas, 1981) se sintió contento, satisfecho. En su paleta había encontrado, por fin, el toque de modernidad que le faltaba a la pintura del siglo XXI.

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Obviamente, esta historia termina con la belga entrando a los fondos del Musée National d’Art Moderne (Workshop (2011)/Mechanical Cabaret (2023) y con, lo menos impensable entonces, ambos conversando como viejos amigos en el auditorio del Museo Picasso Málaga (MPM), una tarde de otoño de 2025. 

 

Workshop (2011)
Workshop (2011) / ©Centre Pompidou, MNAM-CCI/Georges Meguerditchian/Dist. GrandPalaisRmn

 

 

Mechanical Cabaret (2023)
Mechanical Cabaret (2023)/ ©Centre Pompidou, MNAM-CCI/Audrey Laurans/Dist. GrandPalaisRmn

 

 

Aunque por separado ambos son ya viejos conocidos de la ciudad (él ha comisariado para el Pompidou Málaga (Carlos Cruz Díez: El color en movimiento) y ella formó parte de la muestra colectiva El eco de Picasso), sus caminos se han vuelto a cruzar en este encuentro/conversación a propósito de la exposición Farah Atassi: Genius loci, que exhibe el MPM hasta el 14 de diciembre.

A través de certeras preguntas y comentarios sobre su desarrollo profesional, el crítico de arte y profesor de la Sorbona fue haciendo un recorrido cronológico por la obra de Atassi, desde su salida de Bellas Artes, en 2005, hasta llegar a la artista madura que estamos disfrutando aquí desde mayo pasado (una veintena de obras, realizadas entre 2015 y 2025). 

Fue en 2008 cuando la pintora, afincada en París, se dio cuenta que, intuitivamente, estaba haciendo algo completamente nuevo (que una de las obras de esos años se llame Algo está ocurriendo aquí, es cuando menos, significativo). 

En esa época llegó a sus manos un libro de fotografías de aquellos “espacios compartidos” que eran parte de la vida cotidiana de los soviéticos; edificios que terminaron en ruinas tras el cambio de sistema. Y el tema le gusta tanto que pinta más de diez lienzos con esta “estética de la ruina”. Una especie de decorados donde recrea esos espacios (ahora) vacíos, a los que añade referencias a pinturas de Malévich, de Mondrian, de Picasso, obviamente. 

 

The Bather (Bañista)
The Bather (Bañista)

 

 

Se da cuenta, entonces, que le gusta el lenguaje de las vanguardias, el modernismo estético de los constructivistas, pero sin cuestionarse ni el modernismo político ni a Stalin –para desilusión de Gauthier, que lanza la pregunta buscando motivaciones más profundas-. A ella le atraen más “las formas universales y sencillas que definen el modernismo”, no las inquietudes políticas que tuvieron muchos de los grandes creadores del período de entreguerras, casi todos abocados al exilio, Picasso incluido.

“Mi trabajo es una reflexión sobre la pintura. Represento objetos, pero en realidad no soy una pintora realista ni una pintora figurativa que pinta su vida diaria”, afirma Farah. 

Y es cierto. En estos años también ha pintado espacios distópicos, con dimensiones y proporciones irreales, como en Play room, donde se acerca al universo de los juegos y experimenta con figuras geométricas. Incluso, ha tenido momentos pop, especialmente influenciada por Roy Lichtenstein y el uso de la técnica de puntos para crear sombras y texturas.

Hasta que un día, en plena madurez creativa, deconstruyendo escenarios y objetos, llega al cubismo: “en 2015 empiezo a entender lo que pintaba Picasso. Los sujetos-objeto. Cómo convertía un objeto en un sujeto”, cuenta la belga. 

Pink painting, presente en la exposición del MPM, es “una bisagra” en este cambio de ciclo. Con Las bañistas (de las que hay varías en Genius loci) el diálogo con Picasso se va volviendo más explícito; aunque para ella sea “una puesta en escena de la playa” donde nada es lo que parece y quizás estemos en el taller del artista y no frente al Mediterráneo… 

 

Pink painting
Pink Painting

 

Quizás, ¿sin darse cuenta?, al situar objetos y obras de arte en el decorado, Farah se convierte en una pintora-escenógrafa, apunta Michel. Una pintora-escenógrafa que, como muchos modernistas (Mondrian, especialmente), usa la cuadrícula en sus obras. 

 

Cuadrículas

 

¿Casualidad? Al pintar uno de esos interiores en ruinas a que hacíamos referencia, descubrió que había unos azulejos y, voilá…  Para Gauthier, uno de los golpes maestros de “Genius loci” (comisariada por Marjolaine Lévy) es precisamente el uso de cuadrículas de madera (que también podrían ser bastidores vacíos esperando por sus lienzos) en las salas del MPM. 

Se dice que Atassi –quien también ha expuesto en el Picasso de París (2022)-, trajo su obra a Málaga para impregnarse de la magia que habita alrededor de las obras del genio malagueño; de hecho, Genius Loci es una expresión latina que se traduce como “espíritu del lugar”. 

Esperemos que cuando estas obras vuelvan a Francia lleven con ellas parte de ese “duende”, que tanto abunda en Andalucía y en el arte de sus hijos más famosos, ya sean Lorca, Paco de Lucía o Picasso. 

#FarahAtassiMPM

Fotos: @yricardopupo