Antes de convertirse en director de orquesta, antes de los escenarios multitudinarios y los aplausos, Juan Guillermo fue —y sigue siendo— un muchacho inquieto, soñador y profundamente humano. Es de esos que hablan rápido porque las ideas le brotan sin pedir permiso, que se ríe fácil y como un niño pícaro, que tiene un ángel para la gente y que carga la herencia musical como un compromiso de vida y no como una etiqueta. Un muchacho que aprendió muy temprano que la música no solo se canta, sino que se defiende, se estudia y se honra. Su historia no comienza con el éxito, sino con conversaciones decisivas junto a su padre, con consejos dados a contrarreloj y con una responsabilidad que quizás llegó demasiado pronto. Desde ahí, Juan Guillermo entendió que hacer música era también un acto de valentía. Era crecer, equivocarse, aprender de los golpes y celebrar cada pequeño logro como si fuera el primero. El muchacho que estudió vela en la escuela de deporte Marcelo Salado, tiene hoy una orquesta que cumple 16 años de existencia y la cual se prepara para subir al escenario en la décima edición del Festival de la Salsa, del 26 de febrero al primero de marzo en el Club 500 de La Habana.

Si algo distingue al muchacho que desde el año 2006 incursionó en el ámbito musical como corista de Gente de Zona y en diciembre de 2009 fundó su propia agrupación es que no conoce el cansancio mientras canta y que encuentra en la música el espacio para ser él mismo. En conversación exclusiva, el cantante y director repasa su historia personal, la influencia decisiva de su padre, el crecimiento artístico de su agrupación y los retos actuales que tiene, tras seis producciones discográficas en su carrera.
Estudiaste deporte y luego te graduaste de derecho pero la música siempre fue tu pasión. Tras varios años siendo el corista de Gente de Zona, en 2009 a la primera persona que le dijiste que ibas a crear tu propia orquesta fue a tu papá, Juan Almeida Bosque. ¿Cómo recuerdas los inicios de la orquesta y ese momento en que la música empezó a abrirles caminos?
Mi padre fue el primero que lo supo y cuando le comenté me dijo: "¿tú estás seguro de lo que quieres hacer? Primero tienes que terminar tu carrera. Después que termines, es que debes empezar un nuevo proyecto". Y le dije, creo que estoy listo para empezar. Y me dijo: "bueno, si crees que estás listo, pues métele mano. Yo lo que quiero es que lo hagas bien. Si lo vas a hacer, lo haces bien". Al día siguiente me reuní con varios músicos amigos y logramos grabar tres demos. El primero fue "La Farándula", un tema que escribí yo, el segundo "Si te preguntan", un tema inédito de mi papá y el tercero "Yo le cojo la vuelta", de un músico amigo. Aquello fue una experiencia única, sobre todo porque tuve a Ceruto conmigo. Y eso fue tremendo porque comenzó a caminar en la calle súper bien. Eso fue en agosto. Y el 25 de diciembre ya estábamos dando nuestro primer concierto en La Macumba. Aquello se repletó y la gente tenía tremenda expectativa. Fue un concierto riquísimo, por todo lo alto. A partir de ahí, nos programaron en el Salón Rojo del Capri por cuatro años.
Hubo un momento clave en que comenzaron a poner nuestra música en la radio y, de pronto, empezó a sonar por todo el oriente del país. A partir de ahí no pararon las contrataciones. Fue un crecimiento rápido, muy intenso, que nos confirmó que íbamos por buen camino.
Tu padre fue una figura importante en tu vida, Juan Almeida Bosque, con composiciones musicales hermosas y reconocido por ellas. ¿Qué representó para ti en esa etapa?
Mi padre fue mucho más que un compositor. Fue un guía. Lamentablemente, no llegó a verme con la orquesta ya consolidada. Cuando empecé el proyecto fue en julio, y él falleció el 11 de septiembre de ese mismo año. Apenas tuvimos un mes para conversar sobre mis ideas, porque ya estaba enfermo. Y no pudo ver ese primer concierto.
Aun así, ¿pudieron intercambiar consejos?
Sí, y eso es lo que más atesoro. Le hablé de todo lo que quería hacer y él me dio muchos consejos, tanto personales como musicales. Incluso me entregó partituras y temas suyos; de ahí salió el segundo tema que grabamos con la orquesta. Cuando él falleció, sentí el peso de la responsabilidad y me dije: ahora sí tengo que hacerlo de verdad.

Decías que te dio consejos. ¿Cuáles fueron?
En lo personal, me dijo que si tomaba esa decisión tenía que hacerlo bien, con seriedad. En lo musical, me insistió en la preparación. Me recomendó estudiar canto, algo que hice años después cuando contacté a Carmen Rosa. Esa relación fue de gran aprendizaje y, sinceramente, si lo hubiera hecho desde el inicio, habría pasado menos trabajo.
Mirando atrás, ¿cómo valoras estos 16 años de trabajo?
Han sido años de crecimiento total, como persona, como artista y como intérprete. Cuando escucho grabaciones del inicio y las comparo con las actuales, noto una evolución enorme. La práctica y la experiencia hacen mucho. Además, he aprendido de todos los músicos que han pasado por la orquesta. Algunos dejaron momentos difíciles y otros, muchísima felicidad, pero de todo se aprende.
Cuba tiene una gran tradición salsera. ¿Cómo defines el sello de Juan Guillermo dentro de ese panorama?
Desde el principio quise una mezcla. Algo de Carlos Manuel y su Clan, la Charanga Habanera y de Paulito FG, pero sin parecerme a ninguno. Lograr una identidad propia era fundamental. Creo que hoy la gente escucha un tema y sabe que es JG, sin necesidad de compararlo con otra orquesta. Eso lo hemos cuidado siempre.

Ahora mismo tienes un tema con Maykel Blanco que está siendo un éxito en Europa pero no es el único. ¿En qué proyectos estás trabajando actualmente? ¿Qué sueños tienes?
Yo tengo muchos sueños. Estoy enfocado en sencillos, más que en discos completos. Creo que hoy funcionan mejor. Estoy trabajando con Pachy Naranjo Jr, junto a Eloy y Palacio, y hemos logrado una gran empatía. Ahora mismo tenemos tres temas en marcha: Mi Congo, de Arian Chacón, tumbador de la orquesta Revé; El Besito, de mi autoría con arreglo de Pachy; y ¿Pa qué me invitan?, junto a Maykel Blanco. Este último está funcionando súper bien en Europa y en Perú, un mercado que nos interesa conquistar. Hay también en proyecto, un tema de música urbana. Hay quien dice, tú eres salsero o timbero, no puedes hacer regaetón. No. Yo soy músico. Yo fusiono lo mismo salsa, timba, guaracha, música urbana... Hicimos también un tema con Thaly Lage, la que era corista de Velito el Bufón y que el tema está riquísimo. No creo en las etiquetas rígidas. La música es una sola y hay que llegar a todos los públicos.
Este año participas nuevamente en el Festival de la Salsa de Cuba, que además llega a su décima edición y sé que le tienes un cariño especial al evento y a Maykel Blanco, su creador. ¿Qué significa para ti?
Es mi cuarta vez en el festival. Estuve varias ediciones sin participar, pero este año regreso en grande. Me toca el día principal, el sábado 28 de febrero, junto a artistas como Brian Álvarez, Alain Pérez y Maykel Blanco. Eso implica una gran responsabilidad y ya estoy preparando un repertorio muy especial.
¿Qué hace diferente tu presentación en este festival?
Nunca repito repertorio. Combino temas míos con canciones de otros artistas que admiro, adaptadas a mi orquesta y con un show pensado para el público. Quiero que esta presentación sea memorable, tanto por la música como por el espectáculo.
El Festival de la Salsa de Cuba se ha convertido en un evento musical muy esperado y de referencia. ¿Qué importancia crees que tiene para la música cubana?
Es fundamental. Es el espacio donde músicos consagrados y nuevos talentos coinciden, donde vienen empresarios y DJs de todo el mundo. Es una vitrina internacional y una manera de mantener viva nuestra música popular bailable.

Tu energía en el escenario es impresionante. ¿De dónde sale?
De la música. El cansancio llega cuando me bajo del escenario. Arriba es pura adrenalina, una energía positiva que se transmite al público. Es el momento donde dejo de ser el Juan Guillermo cotidiano y me transformo completamente.
¿Cómo celebrarás estos 16 años de la orquesta?
Trabajando, como siempre. Hemos tenido presentaciones continuas y cerramos celebrando con el público, que es quien realmente ha hecho posible este camino.
Le puede interesar:
Festival de la Salsa 2026 en Cuba anuncia participación de varias compañías de baile
Maykel Fonts: el bailarín y coreógrafo que siempre enciende el Festival de la Salsa en Cuba
La Revé: 70 años de historia dedicados en la Décima edición del Festival de la Salsa
Eduardito Sandoval: El ritmo que promete sacudir el Festival de la Salsa 2026 en Cuba
Papucho y Manana Club: “La salsa no está muerta, está más viva que nunca”
El Festival de la Salsa en Cuba: 10 años de ritmo y pasión
Maykel Blanco y su Salsa Mayor: 21 años de ritmo, entrega y sabor cubano
Haila: “La música cubana es mi raíz, mi fuerza y mi destino”
Publicaciones relacionadas
UVNT es ahora Can Art Fair Madrid
Diciembre 23, 2025


