UVNT ART FAIR X LAS ROZAS VILLAGE, donde arte y moda son uno

A cielo abierto, de Gloria Bettini, con sus hilos dorados sujetando a aves extintas moldeadas en cerámica, nos recibe en The Apartment, Las Rozas Village. El Reina Sofía ha comprado cuatro obras a esta artista que ahora tiene su lugar en este municipio alejado del caos céntrico y en un espacio cultural que ofrece moda y tendencias. Es una pequeña cata de lo que supone “UVNT Art Fair x Las Rozas Village”, la feria comisariada por Urvanity que tiene como objetivo dar a conocer a una nueva generación de artistas emergentes y compartir una fusión entre el arte y la moda.

Abel Rodríguez es el responsable visual del Village y el director creativo que ha trabajado con UVNT Art Fair para el comisariado de la exposición. Ha creado un recorrido que cruza todo el espacio comercial, empezando con la obra de Filthy Luker. Este artista de Bristol no tiene más intención que generar diversión con su arte. El gigantesco monstruo azul que se asoma en el tejado representa un arte optimista y para todos los perfiles. Un arte que, al contrario que otras obras, carece de un mensaje oculto dentro de él. Sólo quiere que te lo pases bien y, por cierto, en la Casa de Campo puedes hacerlo, ya que parte de su obra se encuentra en la exposición Pop Air Balloon hasta finales de julio.

El camino continúa con Cachetejack, dos artistas valencianas basadas en Berlín que ofrecen a Las Rozas Village a una mujer que abraza un corazón. Esta pintura alzada en el edificio que alberga a la tienda de Under Armour tiene una estética optimista y naive, y alberga un mensaje, el de la inclusividad de todos los cuerpos y el amor propio. Las artistas, Nuria Bellver y Raquel Fanjul, vieron la propuesta como un reto divertido, debido a que siempre habían pintado sobre murales planos y no en edificios como este. Desde el equipo, observan cómo han conseguido sacar a algunos de los artistas de su zona de confort ofreciendo este tipo de objetivos.

Más obras residen aquí, tanto que su esencia puede llegar a ser una casa en sí misma. Es el caso del hogar-matrioska hecho con musgo tintado de rosa. Kokon (María Eugenia Diego) es la responsable de esta escena que, ante todo, pretende romper y generar curiosidad. Como dato, la artista ganó en Córdoba, en el Festival Internacional de las Flores – FLORA – uno de los festivales con más repercusión de la ciudad.

Juay, grafitero que ha creado su propio universo personal, supone un punto importante en la parada. Este artista y skater confeccionó la fachada de la tienda de Vans, y ahora trabaja mano a mano con la marca. El Village ha supuesto una conexión entre marcas y arte. "Hemos conectado a un artista a una marca, hemos sido un puente para su desarrollo profesional", comenta con orgullo en sus ojos Toni Gasa, director de comunicación de Las Rozas Village.

No duda tampoco en aclarar el director que cada artista cobra por su trabajo, como no podía ser de otra manera, en una época en la que se ha malinterpretado el concepto de la visibilidad. “Los artistas hacen su trabajo y cobran por su trabajo; de la visibilidad no se come”, reivindicaba.

Pero no todo en Las Rozas Village es pintura. Pau Jiménez (Urticae) muestra una escultura digital para crear un entorno inesperado e inspirado en los hongos. Además, puedes sumergirte en la obra mediante un filtro de Instagram. También están presentes Paula Baldeón, que decoró con azulejos hidráulicos la tienda de Ba&sh y unió el arte a lo textil con un lino pintado a mano en el escaparate. Aka Corleone, por su parte, convierte vidrieras tradicionales en modernidad con unos vinilos cuyo color tiene un encanto especial por la noche.

A Casa Antillón les comentaron que fuesen arte, que fuesen ellos mismos. Desde su línea de trabajo, la variedad y la locura, intervinieron por primera vez en una torre construyendo dos guantes largos. Estas manos son un abrazo a la arquitectura del centro. Lo abraza y sujeta con fuerza, mirando fijamente a su frente, donde se encuentra la única perfumería que existe de Loewe.

Y así, abrazando al arte y con unas espectaculares vistas a la sierra de Madrid, nos despedimos de un camino artístico y adicto a la moda en el que podremos darnos un chapuzón hasta los meses en los que se asome el verano.

Fotografías: Paula Caballero

En portada: Pau Jiménez, Urticae