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Viajar ¿para qué molestarse?
15January
Artículos

Viajar ¿para qué molestarse?

Viajar es sin duda la manifestación empírica de lo que podríamos llamar la libertad de nuestro espíritu. Nadie nos enseña a hacerlo. Fuimos nómadas hace mucho tiempo y el devenir de los años nos fue aquietando. Ahora vivimos en el movimiento mínimo. Usamos carros y transporte público hasta para desplazarnos medio kilómetro. El ahorro de esfuerzo y del tiempo es la ley. Dar un paseo está reservado para un fin de semana y para ello derribamos árboles y en su lugar instalamos parques con césped sembrado y arbustos enanos e idénticos. Alguno se siente snob porque sale al parque a caminar, hacer spinning o pasear al perro, con auriculares en los oídos y gafas para el sol; mientras tanto la mayoría prefiere no salir de casa y quedarse a ver la televisión. Otros no se molestan con la realidad, para eso tienen el internet que les brinda el mundo entero en sus manos.


Entonces, ¿es de locos salir a caminar el mundo? ¿Para qué molestarse? Cuando me animé a hacerlo tampoco lo sabía. El camino fue dándome razones y conocí viajeros con motivos disímiles. Hay algunos que viajan sencillamente para conocer el mundo. Están quienes no tienen ninguna inquietud intelectual, pero los paisajes y los lugares históricos los seducen y se maravillan con los colores, con los atardeceres, y eso los lleva de sitio en sitio en busca de más luz para sus ojos.


Hay viajeros de todo tipo. Los aventureros persiguen el riesgo máximo, nada los detiene. Los curiosos se van soltando en el camino y terminan viviendo lo que nunca imaginaron posible. Hay quienes viajan asombrándose de lo que les rodea; pero hay los que viajan para conocerse, para descubrirse en otros sitios.


Nosotros hacemos dinero en el camino con la música y así viajamos. Otros trabajan de lo que sea. Otros van improvisando. A veces papá les manda dinero y los salva. Otros van solos por el mundo, viviendo el día a día. Este parece lo que no es y el otro es un ángel harapiento. Hay gringos locos y latinos con dinero. Hay quienes viajan como famas y otros como cronopios. He visto cronogramas cumplirse y a veces nos hemos preguntado cuándo volveremos a casa.


Viajar es una experiencia enriquecedora en todo sentido. Cualquiera que sea tu motivación, si es por pura diversión o si lo haces como un refugiado buscando amparo, siempre encontrarás amigos, alegrías, amores y aventuras que te harán sentirte vivo y que tu casa es el mundo, que tu existencia no es una fórmula constante que tiene que repetirse hasta tu muerte y que la humanidad, como la historia, como en la política o en el fútbol, necesita movimiento y cambio constante. Pero si eres de los que prefiere no salir de casa, ni cambiar de rutina, espero que con estas crónicas te diviertas y sientas lo que está más allá de ti a través de nosotros.