El 46.º Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana concluyó el pasado fin de semana con la entrega de los Premios Coral, en una edición marcada por dificultades logísticas derivadas de los prolongados cortes de electricidad en el país, pero que logró sostener su programación y convocatoria. El certamen, celebrado entre el 4 y el 14 de diciembre, reunió 222 obras procedentes de 42 países y congregó a más de 31.000 espectadores en los cines de La Habana.
El Premio Coral al Mejor Largometraje de Ficción fue otorgado a Un poeta, del director colombiano Simón Mesa Soto, película que además obtuvo otros reconocimientos relevantes y se consolidó como una de las más destacadas del festival. Por su parte, la producción brasileña O agente secreto, de Kleber Mendonça Filho, fue la cinta que acumuló el mayor número de galardones, con un total de cinco Premios Coral.
La ceremonia de clausura y entrega de premios tuvo lugar en el cine Charles Chaplin, sede de la Cinemateca Cubana, y estuvo marcada por un homenaje al actor argentino Héctor Alterio, fallecido recientemente. Durante el acto, se reafirmó el carácter del festival como espacio de encuentro del cine latinoamericano, pese a las complejas circunstancias materiales en las que se desarrolló esta edición.
O agente secreto, protagonizada por Wagner Moura, obtuvo los Corales a Mejor Dirección, Mejor Guion, Mejor Dirección Artística, Mejor Edición y Mejor Música Original. Ambientada en la década de 1970, durante la dictadura militar brasileña, la película sigue el regreso de un profesor universitario a Recife para reencontrarse con su hijo menor. El film llegó a La Habana precedido por tres nominaciones a los Globos de Oro 2026, incluyendo Mejor Película Dramática, Mejor Película de Habla No Inglesa y Mejor Actor.
En cuanto a Un poeta, además del Coral al Mejor Largometraje de Ficción, la película recibió el premio a Mejor Actuación Masculina para Ubeimar Ríos, así como el Premio Don Quijote de la Federación Internacional de Cineclubes y el Premio SIGNIS, otorgado por la Asociación Católica Mundial para la Comunicación. La cinta representará a Colombia en la próxima edición de los Premios Óscar, y se encuentra a la espera de conocer si integra la shortlist de la Academia en la categoría de Mejor Película Internacional.
El Premio Especial del Jurado fue concedido al largometraje chileno Cuerpo celeste, mientras que la actriz Helen Mrugalski, por esta misma película, compartió el Coral a Mejor Actuación Femenina con Denise Weinberg, distinguida por su trabajo en El sendero azul. El Premio FIPRESCI, otorgado por la prensa internacional especializada, fue para la producción mexicana En el camino, dirigida por David Pablos.
En el apartado documental, el Coral al Mejor Largometraje fue para El príncipe de Nanawa, de Clarisa Navas, y el Premio Especial del Jurado distinguió a Hijo de tigre y mula, de Annie Canavaggio. La animación también tuvo un lugar destacado, con el Coral al Mejor Largometraje Animado para Corazón de las tinieblas, del brasileño Rogério Nunes, y el premio al mejor cortometraje animado para Raptus, de Ivette Ávila.
La sección Ópera Prima reconoció a La misteriosa mirada del flamenco, del chileno Diego Céspedes, confirmando la atención del festival a nuevas voces del cine regional. En el plano técnico, el Coral al Mejor Cartel fue otorgado a Edel Rodríguez por el documental Para vivir, dedicado a Pablo Milanés, obra que no fue seleccionada oficialmente para el certamen. El premio a Guion Inédito fue para Noche buena, de la cubana Dailyn Sucel Lage Barroso.
Más allá de la competencia, el festival rindió homenajes institucionales. El Coral de Honor fue concedido a los Estudios Churubusco de México, en su 80.º aniversario, y al actor Gael García Bernal, por su contribución al cine latinoamericano. Asimismo, se recordó a figuras fundamentales como Alfredo Guevara, en el centenario de su nacimiento, y a Manuel Pérez Paredes, fundador del ICAIC y del propio festival.
En las palabras de clausura, el comité organizador agradeció la participación de delegaciones de los 42 países presentes y destacó el esfuerzo colectivo por sostener el evento en un contexto adverso. Las proyecciones de las películas ganadoras se extendieron hasta el domingo posterior a la entrega de premios, reafirmando la centralidad del Festival de La Habana como plataforma de visibilidad, reflexión y circulación del cine latinoamericano contemporáneo.
En portada: Foto tomada de ACN
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