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DIÁLOGO CON TONY LABAT
09April

DIÁLOGO CON TONY LABAT

Tony Labat (Cuba, 1951) se encuentra en La Habana con un grupo de estudiantes del Instituto de Arte de San Francisco. A propósito de su estancia aquí, conversamos con el destacado artista y profesor de ese centro académico.

¿Cuál es la razón de su visita?
Esta iniciativa comenzó en el año 99 cuando me interesé por regresar a Cuba. No había venido desde el 83, hice contacto con Los Carpinteros y me interesó desarrollar un puente, un diálogo con artistas cubanos del video, el performance y la instalación. En el 99 traje también un grupo de estudiantes de los Estados Unidos a La Habana, porque soy el director del Departamento de Nuevos géneros en el Instituto de Arte de San Francisco.

En el 2004 cambiaron mucho las leyes, y tuve mis problemas para viajar. Hacía tiempo que esperaba la oportunidad para poder regresar y seguir con lo que había empezado en la década del noventa. Entonces llegó el momento de la campaña de Obama, su triunfo como presidente, y vi la posibilidad otra vez. Fue entonces que le propuse al Instituto un curso para aprovechar la Bienal de La Habana. Han pasado muchas cosas en esos años que estuve alejado de Cuba. No quería regresar con estudiantes si las circunstancias no eran favorables como lo son ahora.
Me acompañan en esta ocasión quince estudiantes. Vamos a hacer una escultura social en el estudio de René Francisco. Los estudiantes trajeron videos y haremos algunas proyecciones. Varios de ellos están interesados en hacer intervenciones y performances en La Habana, otros están investigando y cuando regresen formularán las obras y proyectos que deseen. La clase mía empezó en enero, han sido nueve o diez semanas en específico dedicadas a Cuba, en las que les he dado mucho material acerca de los artistas de Isla. Hoy acabamos justamente de regresar de una visita al Instituto Superior de Arte. No se trata sólo de un viaje sino de un proceso investigativo que comenzó en enero y para el cual tenemos todavía seis semanas más. Después vamos a hacer un libro o catálogo, y videos sobre este viaje a Cuba.

¿Qué opinión le merece lo que ha visto en la X Bienal?
Creo que ha sido uno de los mejores espacios de la Bienal, por la consistencia y, a la vez, informal concepción. A mis estudiantes les encantó lo casual, el hecho de que las obras casi se pueden tocar. A nosotros particularmente nos gustaron los que trabajaron expresamente para cada cubículo, lo accesible que estaban las piezas. Esa proximidad al arte, a la creación, es algo que ha refrescado mucho a mis estudiantes en este recorrido… La exposición de René Francisco –que acabo de visitar– me ha parecido muy buena. He percibido una euforia entre mis estudiantes, están como caminando sobre las nubes, descubriendo algo nuevo. Con cada viaje siempre digo: esto no puede ser mejor, y me doy cuenta de que sí.

¿Qué es lo que más le interesa del arte cubano actual?
Lo que más me impacta son las intervenciones de los artistas cubanos. Esas obras que he visto en la calle, en las casas, en los patios, para mí esos contextos tienen mucho sentido para el performance, en vez de exhibir obras en los espacios interiores de las galerías. Eso es lo más fuerte y lo que más me ha impresionado.