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AUTORRETRATOS DE LUIS CABRERA
07April

AUTORRETRATOS DE LUIS CABRERA

Luis Cabrera (La Habana, 1956) es uno de los grabadores imprescindibles de las artes plásticas cubana. Hace diecisiete años que radica en España, donde ha logrado legitimar su obra gráfica. En esta entrevista comenta proyectos y acerca de las concepciones de su producción artística.

Estoy preparando una muestra que será inaugurada en septiembre en una de las mejores galerías de Madrid. Es una especie de retrospectiva a partir de la serie que he venido realizando de los electrodomésticos. Como esta galería se dedica a la obra gráfica, me voy a concentrar mucho en el dibujo, el grabado y la estampa digital, también haré algunas cosas con acuarelas.

¿En qué consiste este trabajo con los electrodomésticos?
Estoy cogiendo los manuales o esquemas técnicos de instrucción y los estoy mezclando con imágenes de los electrodomésticos, y esa relación cobra vida dentro del entorno doméstico de mi casa. La exposición tiene la intención de ser como una especie de autobiografía. Se trata de ir revelando todo aquello que hay en el ambiente de un hombre normal. No sólo están reflejados los electrodomésticos que uso a diario, sino también los productos que consumo y definen mis preferencias o gustos. Por ejemplo, he hecho algunos cuadros donde aparecen lavadoras lavando mis ropas; los productos habituales de mis desayunos, objetos y equipos de mi propiedad… Trato de hacer una especie de autorretrato, una representación lo más fiel posible de un entorno doméstico tradicional. La idea de reflejar mi vida es una forma también de conectarme con el entorno cotidiano de la gente que me rodea.

¿En qué otros lugares has mostrado esta serie de los electrodomésticos?
Recientemente han salido unos cuadros de esta serie en la subasta de la Sala Retiro, en España. También he participado en una muestra colectiva de arte cubano realizada en la misma Sala. Tuve la oportunidad de participar en una exposición que preparó el Centro “Wifredo Lam”, que viajó desde La Habana hasta el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva Orleáns, en ella incluí obras que realicé de manera conjunta con Ángel Ramírez, y que anteriormente ya habíamos exhibido en la galería Villa Manuela de la UNEAC.

Hablando de la muestra de Villa Manuela, ¿Cómo valoras esa experiencia de reencuentro con el contexto plástico cubano, después de haber decidido irte a vivir a España?
Como tengo una vinculación permanente, activa con el entorno cubano, para mí es algo muy normal. Hace algún tiempo que vengo haciendo esas obras conjuntas con Ángel Ramírez a partir del proyecto “Dando y dando”, por lo que el reencuentro para mí no es más que la posibilidad de seguir haciendo cosas. Yo nunca he estado desactualizado de mi contexto.

Efectivamente, una de las cosas que el público pudo corroborar en tu exposición en Villa Manuela fue la presencia de obras muy conectadas con el contexto social…
Siempre he tratado de reflejar en mis obras las esencias cotidianas de ambas sociedades en las que me desenvuelvo actualmente: la cubana y la española. Lo curioso, incluso, es que mi obra camina, funciona y es entendible también en España, aunque a veces me dicen que hay un enfoque del sentido del humor, de la sexualidad, muy conectado con la mirada o el ojo criollo, habanero. Esta serie de los electrodomésticos me ha servido para aumentar mis contactos con la gente, con el público. Como todo el mundo tiene un televisor o un equipo de radio, pues entonces se identifican con mis imágenes.

Llevas un tiempo insertado en el contexto de la creación artística española. ¿Ese proceso ha sido fácil o difícil?
El aprendizaje de ese proceso ha sido sistemático, cotidiano. La mejor estrategia para el vínculo con el contexto español ha sido justamente la docencia. Desde que llegué a ese país me he dedicado a la enseñanza de la litografía en la Escuela de grabado de la Casa de la moneda. Eso me dio la posibilidad de formar a jóvenes generaciones, de ver el mundo de la creación artística detrás de las bambalinas, descubrir cómo piensan los chicos, los jóvenes. Muchas de las generaciones que ayudé a formar ahora son artistas destacados de la gráfica. He tratado siempre de entender cómo funcionan los mecanismos de la realidad en donde quiera que me encuentre, y sobre todo cuáles son aquellos elementos afines a los seres humanos, sin importar las diferencias geográficas y culturales.