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ADN de Rolando Vázquez, en La Cabaña
12May

ADN de Rolando Vázquez, en La Cabaña

 

Por Héctor Bosch

 

La ciencia sostiene que podemos saber toda la información de nuestra familia por los genes. Pero, ¿tendremos una idea cierta de cómo serán nuestros hijos? ¿Acaso sabremos qué semblante tenían nuestros antepasados?

 

A esta indagación antropológica se vuelca el trabajo para la obra ADN, de Rolando Vázquez, quien se atreve a proponer la existencia de un nuevo individuo, un ser devenido real desde la irrealidad.

 

El artista concibió los rostros de dos personas inexistentes que, en cambio, serían perfectamente posibles según la información genética. Solo que a partir de trabajar la fotografía con la superposición de rostros de una misma descendencia.

 

«Los personajes de las fotos se llaman Rodrigo y Berta, el objetivo es fusionar, hacer como un sándwich de imágenes a partir de una investigación de personas que no conocieron a sus ancestros, sus abuelos», explicó Vázquez.

 

Rodrigo es resultado de la superposición de su propia imagen y la de su hija Luna, además de la de su padre, mezcla que resulta en un cuarto personaje, con una nueva identidad, como «un espíritu». «Es el caso muy grotesco de quién y cómo pudo haber sido mi abuelo Rodrigo», añadió.

 

La posible señora Berta surge de tres imágenes «que parecen una misma persona porque en realidad son una nieta, una hija y una mujer mayor que se parecen mucho. Pero si se observa detenidamente el montaje, resulta esa cuarta imagen», continuó.

 

Se trata, dijo Vázquez, de «un proceso en el que estoy inmerso para una futura exposición personal que se va a titular así, ADN».

 

El creador y profesor asegura ser afortunado por su presencia en varios espacios de la Bienal, donde ha sido «bastante convocado. Participo en esta exhibición (Borderless, curada por Lisette Solórzano), y fui incluido en una muestra de escultura también en La Cabaña. Además, inauguré con mi proyecto personal artístico-pedagógico Cascarilla, en la UNAICC, la expo La verdadera historia de Cuba, y estaré en Somos la misma cosa –con artistas muy reconocidos como Belkis Ayón, Olazábal, Marta María Pérez–, donde tengo una obra que se llama Radiografía, platos dibujados con la sombra de las velas, que también es una forma de registrar espíritus, identidades que nos acompañan», refirió.

 

Una intención dialogante con los saberes científicos a través de la siempre inefable imaginación artística, tocando las aristas de la espiritualidad. Una búsqueda que, sin dejar de apoyarse en referencias de probado materialismo, se encauza hacia las esencias del arte.