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BEC: REGRESA EL FANTASMA
19December
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BEC: REGRESA EL FANTASMA

Entre música, baile, misterio y pasión regresa a la sala García Lorca del GTH Alicia Alonso una pieza emblemática del Ballet Español de Cuba que dirige el maestro Eduardo Veitía: EL FANTASMA, en coincidencia con el aniversario 15 de su estreno (diciembre 2001). En otro tiempo y espacio, el célebre protagonista de la novela del francés Gastón Leroux, reaparece en las tablas traducido en danza, ataviado en flamenco, de la mano de una coreografía imaginativa que involucra otras artes, al coro Schola Cantorum Coralina, dirigido por la maestra Alina Orraca, y la Compañía Havana, los días 22, 23 y 24 de diciembre (8:30 p.m.), como preámbulo al 2017, año del aniversario 30 de esta compañía fundacional…

 

Nota al Programa de mano de la función

 

EL FANTASMA, PASIÓN ENMASCARADA…

 

Un misterioso personaje rondará, en estos días de finales de diciembre, por la sala García Lorca del GTH Alicia Alonso. Lleva una capa negra y cubre su rostro con una máscara para que nadie pueda reconocerlo... Un hálito de aventura y romance se tejerá sobre la centenaria escena donde vuelve a cobrar vida… El fantasma.

Cambiando de tiempo y espacio, el célebre protagonista de la novela del francés Gastón Leroux (1868-1927) que desandaba por los pasadizos subterráneos de la Opera de París (con interminables laberintos y un misterioso lago interior debajo del escenario), regresa ahora, pero traducido en danza, al flamenco, de la mano del coreógrafo y director Eduardo Veitía, con su compañía: el Ballet Español de Cuba.

 

Como parte de su extenso y original repertorio, El Fantasma —título de la puesta— es de esas piezas que mientras más uno la ve, le encuentra siempre algo diferente y notorio. Veitía y sus huestes han demostrado en el tiempo y con creces que nada es imposible de decir desde el movimiento. Ese reto danzario que tanto aplaude el espectador es lo español contemporaneizado. Está presente el flamenco, pero también la danza, y es muy moderno. Es que el estilo del BEC, donde hay una mezcla del ballet clásico, lo español y la danza resulta un todo que se “degusta” equilibradamente en el “paladar” de los espectadores (amantes del género).

 

Dirigida y coreografiada por Eduardo Veitía, El Fantasma –que este diciembre arriba a su aniversario 15-, cuenta la historia de “un hombre sensible, que aunque fue marcado por el destino, puede amar con intensidad y es capaz de sacrificarse por la persona que ama”. En dos actos  y seis escenas resume la esencia de la acción y se arma la pieza donde están reflejadas luchas y tormentos, amores y anhelos, rechazos y crueldades hasta que, antes de morir y como símbolo de su amor eterno, el Fantasma le regala su máscara a Christine, para quien esa deformidad de su rostro no hizo más que sensibilizarla con su sufrimiento...

 

Eduardo Veitía, alumno aventajado de la Alonso, sigue la esencia de la Maestra en cuanta coreografía toca, porque sabe que es algo vivo, en constante cambio para respirar siempre en su tiempo. Por eso, sus creaciones crecen al pasar los años, parecen nuevas piezas que nos llegan como la primera vez. Y El Fantasma no es una excepción. En esta ocasión, en una función que cierra un magnífico año para la agrupación y que saluda al 2017 –el del aniversario 30 del BEC-, compartirán las tablas con el coro Schola Cantorum Coralina que dirige la maestra Alina Orraca y varios artistas del arte circense de Compañía Havana, quienes en una novedosa concepción enriquecerán la puesta con su quehacer escénico.  

 

El Fantasma, es una coreografía imaginativa que logra instantes de alto vuelo en escenas como (En el subterráneo, El adiós, El rapto y La trampa, donde el coreógrafo deja en claro un nivel de creatividad, sui géneris, para poder trasladar al flamenco esta obra.

 

En el plano sonoro la música de El Fantasma cuenta con arreglos musicales de Ernesto Bravo y letra de temas populares, así como el original de El Fantasma de la Opera, de Andrew Lloyd Webber. El montaje para la puesta está a cargo de los músicos del BEC, y cuenta con diseños de escenografía de Támine González. Una parte del triunfo de esta puesta, se debe a la coreografía y a la estructura dramática, al sencillo y funcional decorado y el vestuario, informal y teatral al mismo tiempo, y a las luces, que crean y desaparecen espacios y ambientes. La otra está relacionada con los bailarines, que aun y cuando se observa una nueva y juvenil compañía en el elenco que ya se va sedimentando en las tablas, hay un trabajo de equipo de todos y cada uno.

 

TONI PIÑERA

 

Diciembre 2016