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El Museo Reina Sofía propone un viaje por los antecedentes de la fotografía documental
23November
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El Museo Reina Sofía propone un viaje por los antecedentes de la fotografía documental

A través de 7 salas, el museo madrileño explora los antecedentes históricos de la fotografía documental entre las revoluciones comprendidas entre 1848 y 1917, en la exposición Genealogías documentales. Fotografía 1848-1917.

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Esta muestra reúne más de 500 obras, entre fotografías, publicaciones, álbumes y daguerrotipos, y aborda temáticas muy diversas relacionadas con las clases proletarias, las reformas urbanísticas de la época, las revueltas populares o los proyectos de denuncia social surgidos en este período histórico.

 

Barricada de la rue de la Roquette

 

Se pueden ver, por tanto, una serie de imágenes de individuos en actitudes corrientes, sin la aspiración conmemorativa de la alta retratística burguesa. El centro de la muestra son las representaciones de los tipos populares, de clases proletarias urbanas o de trabajadores en sus puestos. Entre las instantáneas que se reúnen en el museo están los callejeros del París de Charles Nègre, la serie de pescadores de Newhaven de Adamson y Hill o los personajes andaluces de Robert P. Napper.

Si bien el origen de la fotografía documental se ha situado históricamente a principios de los años 20 del siglo pasado, el comisario de la exposición, el barcelonés Jorge Ribalta, explicaba que “retrospectivamente, se puede afirmar que la función del documental es tan antigua como la fotografía misma.” Ya a principios del siglo XIX la fotografía fue ampliamente utilizada por la burguesía, lo que propició un importante campo de imágenes fotográficas con una vocación temprana de reportaje y documentación.

 

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Entre esos objetivos a la hora de documentar, la fotografía naciente se centró en las ciudades y en las grandes reformas urbanísticas de la época. Ejemplo de ello son las tomas que de Viena hizo Ferdinand Ritter von Staudenheim o el París de Charles Marville, que se incluyen en la exposición.

Otro de los grandes hitos captados fueron los eventos de reforma y revuelta que se dieron a mediados del siglo XIX y a principios del XX, como las imágenes de la primera revolución que han quedado registradas fotográficamente, la de 1848, las de la Semana Trágica de 1909 en Barcelona o las instantáneas de las revoluciones rusas de 1905 y 1917.

 

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No se olvida la muestra de abordar otros usos más directamente instrumentales de la fotografía. Es el caso del proyecto de denuncia social realizado por Lewis Hine en la década de 1910, en contra del trabajo infantil, o de las fotografías empleadas con pretensión de descripción supuestamente objetiva tanto de la antropología y la criminología como del diagnóstico médico.

Con Genealogías Documentales se cierra así el ciclo desarrollado desde 2010 por parte del Museo Reina Sofía acerca del discurso documental en la historia de la fotografía. Esta inició con una muestra sobre el movimiento de la fotografía obrera del periodismo de entreguerras Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939, y fue continuado en 2015 con la exposición Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad, centrada en la reinvención del documental en la década de los setenta. En 2018 fue el turno de la retrospectiva Marc Pataut. Primeras tentativas, sobre su trabajo realizado en la región parisina en la década de 1990, durante el surgimiento del movimiento ‘altermundialista’.