«Quiero conmemorar cincuenta canciones en el disco, poner al día cincuenta años, pero la antología se desordenó»
Medio siglo ha pasado desde que Joan Manuel Serrat debutó con su guitarra en un programa catalán de radio de nombre «Radioscope». Por entonces tenía 21 años, estudiaba agronomía y su pasión era componer canciones. Con el tiempo la universidad quedó atrás y la música y los versos se convirtieron casi en su razón de ser. Entonces compuso himnos como Mediterráneo, musicalizó a poetas como Antonio Machado y Miguel Hernández y se convirtió en una voz de resistencia cultural.
«De aquel muchacho lo que queda es un recuerdo cariñoso. Tengo una gran relación con aquello que fui, pero espero que en la vida estos cincuenta años me hayan servido para hacer cosas que me dejen en otro lugar», dice Serrat en Buenos Aires, a donde ha llegado como parte de una extensa gira para festejar este cumpleaños con la música y el lanzamiento de su nuevo álbum: Antología desordenada.
El Nano conversa en una rueda de prensa con una veintena de periodistas de varios medios latinoamericanos. Tras las preguntas repasa su vida y reflexiona en voz alta: «Uno va caminando y colgando y descolgando cosas de los árboles que encuentra, y así va haciendo camino».
Y ese andar por muchos caminos, abrir muchas veredas, navegar en cien mares y atracar en cien riberas —parafraseando el poema «He andado muchos caminos», de Antonio Machado, musicalizado por Serrat— hizo posible la grabación de un manojo de cincuenta de sus canciones con varios hermanos de oficio de diferentes generaciones y partes del mundo.
«En este disco no he pretendido resumir nada. Quiero conmemorar cincuenta canciones, poner estos cincuenta años al día. Esta es mi elección, pero las antologías de canciones se las hace cada uno», dijo sobre Antología desordenada. «La antología se desordenó porque no encontré una manera de hacerlo. Cualquier tipo de orden hubiese sido contrario al que tiene que llevar un trabajo discográfico. Yo ordeno las canciones teniendo en cuenta el tempo, la melodía. Es incompatible ordenarlo con fechas. Yo quiero hacerlo de manera que tenga vida».
«Hubiera sido fácil englobarlos [al público], pero he preferido ponerlos un poco al día con grabaciones nuevas», agregó Serrat, y enfatizó que su deseo nunca fue hacer un recopilatorio. «Quería que sonaran con la voz de hoy. Esto llevó trabajo y tiempo, como cualquier cosa que uno quiera hacer: a la vocación, para desarrollarla, hay que usarla. Todo lo que he descubierto ha sido haciéndolo. Sea lo que sea que tú te plantees, artísticamente hablando necesita sus dosis de talento, pero sus grandes dosis de trabajo también. El talento solo no lleva a ningún lado. Claro que no es gratificante recomendar a la gente trabajar para conseguir las cosas, pero bueno, es lo que hay (risas)».
El nuevo álbum cuenta con las colaboraciones de sus amigos Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Les Luthiers, Rubén Blades, Joaquín Sabina, León Gieco, Adriana Varela, Fito Páez, Calle 13, Luis Eduardo Aute, Celeste Carballo, Alejandro Sanz y María Bethania, entre muchos otros.
Al preguntarle puntualmente sobre la participación de Silvio en el tema Lucía y la de Pablo con Te guste o no, dijo sentirse muy agradecido y emocionado, y se explayó sobre su relación con la música y los artistas cubanos: «Si bien en este disco hay dos cubanos, podrían haber estado muchos más. Mi amistad con los artistas cubanos no se circunscribe solo a los de la trova, sino también a una gran cantidad de músicos de generaciones anteriores y posteriores a la mía. Cuba es uno de los lugares en el mundo donde existe una densidad de artistas por metro cuadrado superior a la del resto de la humanidad».
«Cada uno [Silvio y a Pablo] hizo la canción que yo les pedí que hicieran y de la manera que se las pedí. Pablo, quizás, fue el que estuvo más exigido, porque tenía que bregar con un arreglo ya hecho de Te guste o no. Encima, él estaba a punto de ser operado y puso todo su esfuerzo para hacer este trabajo antes de entrar al quirófano.
Fue muy generoso. Y Silvio, a mi modo de ver, ha hecho una versión realmente maravillosa de Lucía. Si la escuchan es una canción con una sola guitarra y a dos voces. Es de una delicadeza como las que suele tener habitualmente Silvio. Ahora, en este caso, me emociona mucho más al tomar una canción vieja y ponerle todo ese sabor y sencillez que le caracteriza. Les estoy muy agradecido a los dos».
A sus 71 años, con su historia a cuestas, Joan Manuel Serrat declara que no se retira de los escenarios y que, a esta altura de su fecunda vida, trata de evitar lo inútil, lo superfluo. «Uso el tiempo que me queda de la mejor manera posible. El cómo me lo va diciendo cada día. Hay placeres a los que no renunciaré jamás: la inversión en el tiempo dedicado a vivir de una manera coherente con la sociedad, con mi familia y con mi necesidad de amar y ser amado. Y dejando un ratito para el fútbol, por supuesto»
