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Villa Clara: Otra vez «Música sin par»
05November

Villa Clara: Otra vez «Música sin par»

Muy ovacionada la cantante Ivette Cepeda en el teatro La Caridad, de Santa Clara.

Para festejar el verano 2015, la Dirección Provincial de Cultura de Villa Clara y su red de instituciones organizaron la segunda edición de «Música sin par», temporada de conciertos que se estrenó en 2014 con más de cien presentaciones en los trece municipios de la provincia e invitados como José María Vitier, Buena Fe, Ivette Cepeda, Pancho Amat y Liuba María Hevia. El nombre nace de un poema de Samuel Feijóo dedicado al músico y compositor cubano Sergio Vitier y evocado a propósito del centenario del natalicio del poeta y antropólogo villareño, que también celebramos durante el pasado año.


Para esta nueva convocatoria se aprovecharon aciertos y errores de entonces y se propició que las agrupaciones invitadas compartieran escenario con lo mejor del catálogo musical villaclareño, buscando desarraigar la concepción, por momentos predominante, de que la programación cultural debe responder exclusivamente a las necesidades recreativas de la población, dejando de lado la responsabilidad de las instituciones en la formación del gusto estético y la acuciante necesidad de diversificar y enriquecer las prácticas cotidianas de consumo cultural.


En aras de otorgar la mayor novedad y diversidad posibles, los organizadores apostaron por no repetir los artistas del pasado año, al tiempo que decidieron complementar la presencia en el patio de agrupaciones que los habían visitado, con notable éxito de público, durante la primera mitad de 2015. Por eso la temporada incluyó una gira de la orquesta Aragón por todas las cabeceras municipales y sumó a su nómina creadores que hacía varios años no interactuaban con los villaclareños, como Pedro Luis Ferrer, Haydée Milanés, Yasek Manzano y el grupo de rock Tendencia, de Pinar del Río. La Steel Band del Cobre, que constituyó el gran suceso de la primera edición, asumió esta vez las jornadas del cierre y llegó a quince ciudades y poblados. La fiesta incluyó también al coro Vocal Leo, La Colmenita, Ernesto Blanco y Raúl Torres, sin excluir votos de más alto riesgo por agrupaciones emergentes como Sardiñas Trío, Luz Larga y Teatro Tuyo, procedente de Las Tunas.


Claro que un proyecto como este, aun con la cooperación entre autoridades y empresas del territorio y el aporte de los creadores, genera grandes gastos; de ahí que Música sin par cobijara también la primera edición de «Bonito y sabroso», evento orientado hacia la programación en áreas cerradas a las que el espectador pueda acceder por un módico precio de taquilla y disfrutar de agrupaciones de muy alta convocatoria que habitualmente no visitan la provincia. En su fiesta de apertura, Bonito y sabroso ocupó el estadio Augusto César Sandino y atrajo a más de veinte mil espectadores, con presentaciones de Buena Fe, Descemer Bueno, Habana de Primera y Raúl Paz.

Probablemente lo más loable de esta peculiar temporada sea su vocación popular, que esta vez se tradujo en más de ciento veinte presentaciones artísticas en ciudades y pueblos, respaldadas por no menos cien mil espectadores, todo ello con amenidad y rigor y sin descuidar los diferentes sectores de público de la ciudad cabecera, plaza codiciada por nuestros artistas y acostumbrada a un ejercicio de programación habitual que destaca por la calidad y diversidad de su oferta.


En este sentido, resulta muy valioso el aporte de Música sin par como modelo de una práctica de programación a largo plazo que no descuida aspectos esenciales como la identidad visual y la coherencia de su estrategia divulgativa, potenciando la tanta veces subestimada sensibilidad del espectador y su capacidad de asimilación real frente a una propuesta cultural compleja, pero amena.


Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero ese augurio no impidió el respaldo masivo de las instituciones del gobierno a todos los niveles, ni la asistencia del público a cada presentación por sobre amenazas de lluvia y disímiles dificultades logísticaswww, lo cual habla de una voluntad muy superior a la infraestructura disponible, de un esfuerzo descomunal que optimiza recursos y llena expectativas, sin concesiones a la banalidad y al mal gusto.