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Cumplí mi deuda con Chile y América Latina
08April
Artículos

Cumplí mi deuda con Chile y América Latina

El reconocido cineasta chileno presentó en Quito, Ecuador, Allende en su laberinto, su más reciente filme.

El cineasta Miguel Littín estrenó en Ecuador su más reciente filme: Allende en su laberinto, un drama histórico de noventa minutos que recoge los últimos momentos de vida del expresidente chileno en el Palacio de la Moneda, el 11 de septiembre de 1973, una fecha todavía recordada que cambió los destinos de ese país suramericano y también de la región.


Littín (1942), director de cine y televisión, guionista y escritor de origen palestino y griego, llegó a Quito con la convicción de que ha cumplido con una deuda que tenía como chileno y como realizador, más aún por tratarse de una historia que le llegaba de cerca, porque muy tempranamente, según confesó, tuvo la dicha de trabajar y ser un colaborador del líder de la Unidad Popular.


Una tarde gris de noviembre de 2015, en el Teatro de la Universidad Central del Ecuador, Littín se había dispuesto a disertar sobre lo que ha definido como «la estética inconclusa». Sin embargo, prefirió dejar su charla para otra ocasión y dio paso a la proyección de su cinta, tras haberlo hecho en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), en Quito. Había llegado a la «carita de Dios» para dictar un ciclo de talleres sobre formación y capacitación, invitado por CNCine (Consejo Nacional de Cinematografía de Ecuador) y con el apoyo del Ministerio de Cultura y Patrimonio de Ecuador.


El protagonista del reportaje de Gabriel García Márquez La aventura de Miguel Littín clandestino en Chile atendió todos los pedidos de la noche que le hicieron los universitarios, y una vez que se apagaron las grabadoras, me atreví a pedirle una fotografía en su compañía y de paso a preguntarle si no estuvo en la sala donde se proyectaba su película.


«Vi la última parte en la sala», me respondió cuando lo interpelé mientras se despedía de los estudiantes y lo acompañamos en su salida del Teatro de la Universidad Central, donde, con sus 73 años de edad y cabellera canosa iluminando la tarde-noche de Quito, nos dijo muy afectuoso que le enviáramos una solicitud de amistad al Facebook para que le hiciéramos llegar fotos.


Todavía retumbaban en mis oídos sus declaraciones a la prensa minutos antes acerca de que le gusta el primer plano, del que se valió en Allende en su laberinto para contar la historia que grabó en Caracas, hecho que también lo limitó a hacer tomas exteriores de La Moneda.

La memoria de muchos


La última película de las que ha rodado en su maratónica filmografía empieza con la indecisión de dos colaboradores de Allende respecto a si lo despertaban o no para informarle de una insubordinación reportada en el país.


«Yo quise hacer un Allende humano, el Allende que yo conocí, que yo veía todos los días», afirmó en Ecuador Miguel Littín, para quien fue una deuda saldada realizar este filme que se presentó en el 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en La Habana, fuera de competencia.


«Era una deuda con mi historia, una deuda personal. Era una deuda también con con Chile y con América Latina».


Reveló que vio un día al Presidente tomar una flor en su mano y regalársela a una mujer, lo cual recreó en una de las escenas de su filme. «Conocí su dimensión humana, su ternura, su valentía, coherencia y compromiso con el pueblo. También su compromiso con la verdad y con la democracia; él entregó la vida por que Chile no se cerrara frente a la noche negra de la dictadura, y dejó ese mensaje que hoy día estremece los corazones, porque existe la seguridad de que “más temprano que tarde se abrirán las grandes Alamedas por donde pase el hombre libre…”. ¡Y claro que se están abriendo!


»Allende es el mayor aporte que Chile le puede entregar a la América Latina, que Chile le puede entregar al mundo», apuntó.


Littín se mostró satisfecho de «retratar» lo que hizo el entonces Presidente de Chile el 11 de septiembre de 1973, entre las 7:00 y las 14:00 horas; de haber podido reflejar sus últimas decisiones antes de morir, «su espíritu y hasta sus vacilaciones, como todo hombre, porque la grandeza del ser humano está en poder superar las incertidumbres y llegar a ciertas certezas. Ahí va el deambular de la humanidad con estos faros de los grandes personajes que iluminan nuestro destino».


Para esta película, que constituye la «memoria de muchos», según enfatizó, se pasó largos años haciendo entrevistas de las que luego hizo una síntesis creativa y novelada.

«Los hechos que narro se pueden discutir, pero no se pueden negar, y es que Allende está ahí, y atraviesa y cruza el umbral de la historia; cruza, se transfigura y se convierte en memoria, se convierte en héroe, se convierte en semilla fértil, que es lo que quiso ser él».


Littín, quien aseguró que ha podido cumplir su sueño de ser cineasta, habló al auditorio del Teatro de la Universidad Central del Ecuador sobre cómo llegó a comprender que «el arte es un instrumento de comunicación de las culturas, para hablarle a la gente de lo injusto».


El artista homenajeado afirmó que en días como aquellos su memoria se iba hacia el recuerdo para confirmarle que ha sido fiel y leal a esos principios de justicia social, de cambio y transformación, para hacerle consciente de la necesidad de abrir los campos hacia la juventud para poder construir futuros distintos. «Seguiré hasta la última gota de suspiro que tenga en la vida, luchando por un mundo mejor a través del cine, que es lo que yo más o menos sé hacer», aseveró.

Vida y obra


Protagonizada por Daniel Muñoz, Allende en su laberinto integra la nómina de largometrajes dirigidos por Miguel Littín y que completan El chacal de Nahueltoro, La tierra prometida, Actas de Marusia, El recurso del método, La viuda de Montiel, Alsino y el Cóndor, Sandino, Los náufragos, Tierra del fuego, La última luna y Dawson. Isla 10. En 1971 Salvador Allende lo designó presidente del Directorio de la Empresa del Estado Chile Films.


Autor de las novelas El viajero de las cuatro estaciones y El bandido de los ojos transparentes, el actual director académico de la Escuela de Cine de Chile, quien fuera nominado al Oscar, ha sido galardonado en los festivales de Berlín, Cannes, Moscú, Montreal… Nombrado Oficial Caballero de las Artes y Letras de Francia, en el año 2012 recibió en su país el Premio Pedro Sienna como reconocimiento a su trayectoria cinematográfica.