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Muestra de Rubén Guerrero debuta en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga
24November
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Muestra de Rubén Guerrero debuta en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga

En la exposición, diez pinturas explorarán el espacio pictórico como asunto de reflexión centrándose en conceptos como el marco, el soporte o los extremos.
 

“Hay aspectos que han cambiado muy claramente en mi trabajo y que están más relacionados con el ámbito procesual y metodológico en la creación de la imagen pictórica, el enfrentamiento con la pintura ahora está acompañado de preparativos tridimensionales, como esculturas y maquetas como apoyo al servicio de la pintura. Me inclino cada vez más por encontrar una posición más liminal entre lo reconocible e insólito, una aproximación más radical a la abstracción paradójicamente desde la figuración, me interesa provocar un sentimiento de duda en el espectador”, precisa el artista Rubén Guerrero sobre la intencionalidad de su obra.
 
Para Fernando Francés, director del CAC Málaga, “la obra de Guerrero se caracteriza por un organizado trabajo de capas de color superpuestas en pinceladas espesas, con una trama dividida. Interesado por las posibilidades del proceso creativo, cada obra de Guerrero tiene su condición individual y se defiende por sí misma. Estas renuncian a la representación del espacio, no son cuadros “ventana”. Interesado por ese punto donde coinciden la realidad figurativa y la propia realidad de la superficie del cuadro, es un artista muy minucioso y puede estar una larga temporada con la misma obra, cambiando pequeñas parcelas hasta que alcance la perfección que necesita para que considere la obra como finalizada. Toda ella está llena de trampas de pintor, de trucos para crear múltiples vías de escape a la interpretación desde planos inusuales y realidades inverosímiles”.

La muestra que se exhibe en el CAC Málaga en el Espacio Proyectos; tiene unas claras nociones de recapitulación. Esta exposición es una oportunidad para Rubén Guerrero de presentar de forma más clara los motivos y referentes más representativos que han sido una constante en su obra en los últimos años. Estas “Familias” de motivos se pueden aglutinar en varios grupos: por un lado, estructuras pseudo arquitectónicas como S/t (a(b(c))) (2015) o S/t (la medición) (2016); por otro, pliegues como S/t(la mitad de lo que ves) (2016) o Composición con amarillo P.M. (2015) y paramentos, más herméticos y que cierran casi completamente la superficie representada como S/t (línea de área) (2015) o S/t (bucchi trasversale) (2014). De ahí el nombre de la exposición Familias mínimas (Rojo, amarillo y azul).

Guerrero ha creado desde hace años un archivo de imágenes que nunca deja de aumentar, donde reúne documentos de una realidad fragmentaria que, una vez han llamado la atención del artista convencido de su fuerza como promotores del proceso creativo, son manipuladas digital y manualmente para luego ir conviviendo y relacionándose con otras, apareciendo y desapareciendo en el proceso compositivo y transformándose. El artista recopila en su obra con la libertad más absoluta los aspectos más diversos y más contradictorios, contraponiendo estructuras formales que amplían con una metáfora el universo del artista. Construye un mundo intuitivo, paralelo al mundo real y tangible. El espacio pictórico de Guerrero es a la vez palpablemente físico y profundamente psicológico, proviene de una observación arraigada en la experiencia personal.
 
Sus imágenes intercambian lleno y vacío, componen realidades fragmentadas que trasladadas a las dos dimensiones, construyen una realidad paralela en la que cada plano se compone de cientos de capas, realidades y materia. Para Guerrero los valores de la pintura son todos los parámetros que se extraen de su lectura, la propia idea del planteamiento previo, la confrontación frente al espectador, además de la ejecución de la misma.
 
Diversas son las referencias que ha ido tomando en sus obras como fuentes, recursos de aprendizaje y resolución de problemas, de expresiones como las derivadas del Mínimal, del Hard Edge o del Pop. Además, son muchos los artistas con los que ha compartido cierta afinidad en algún momento de su carrera, desde los pintores flamencos hasta artistas actuales como Heimo Zobernig, Richard Aldrich, Raoul de Keyser o Daniel Buren, quién hace confundir el motivo con el fondo de la obra, idea que fue el hilo conductor en su trabajo. En este contexto surge la idea de Buren de utilizar la línea como “herramienta visual”, que en su acción repetitiva y regular sitúa a la pintura en un grado cero, la convierte en una imagen neutra y anti-narrativa. Es así como desde 1965, Buren utiliza telas rayadas para crear cuadros que le restan a la pintura todo su contenido narrativo. La tensión entre sentimiento y sensación, expresividad e inexpresividad, entre la voluntad del artista por eliminar su rastro y el interés del espectador por perseguirlo, son un hecho sobre el cual discurre la obra de Rubén Guerrero. En adición, algunos autores han definido su pintura como una lógica desdoblada que bascula sin principios ni finales entre lo abstracto y lo figurativo, aunque el artista se sienta más cercano a la figuración.
 
Este desdoblamiento, se hace visible en S/t (la mitad de lo que ves) (2016) y en Composición con amarillo P.M (2015). En la primera obra, S/t (la mitad de lo que ves) (2016), un fondo azul ha sido invadido por una aparente maqueta de papel y cartón convenientemente plegada, pegada, recortada y vuelta a ser doblada, en la que el espectador intuye un círculo, una forma que este inventará, ya que realmente no es posible verla, falta parte de la “realidad”. Por otro lado, en Composición con amarillo P.M (2015), la forma central vuelve a estar plegada creando un triángulo. Sus colores, azul, blanco, amarillo y detalle en rosa, coinciden con S/t (pura apariencia neoplasticista P.M.) (2016), es como si en otra realidad, esta obra se hubiera empapado, plegado, colgado y ayudado a crear Composición con amarillo P.M (2015), donde el papel principal lo juegan cajas y volúmenes de colores.
 
Estas dos últimas obras, están relacionadas innegablemente de forma indirecta a la estética neoplasticista de Piet Mondrian, como el artista deja entrever en el subtitulo de ambas “P.M”. Guerrero se sirve de las características reconocibles de su obra para ilustrar aspectos enfrentados que conviven en su trabajo como lo barroco y lo minimalista, lo abstracto y lo figurativo, lo emotivo y lo distante, lo sublime y lo banal. Además, en esta obra, S/t (pura apariencia neoplasticista P.M.) (2016), el artista ha introducido un recurso muy recurrente para él, donde se aprecian diferentes letras y números al derecho y al revés como: N, 1, 6 y 7.
 
Este recurso también aparecerá en S/t (2014) o en El centro del centro (2017). No se trata de un falso enigma, estas tipografías no se refieren a nada, Guerrero emplea el lenguaje escrito como imagen seriada procedente del mundo industrial, lo entiende como material plástico, como un elemento metapictórico del que se sirve para dotar a la obra de una dimensión más real. Los elementos geométricos de sus obras, círculos, cuadrados, ángulos, esquemas tangentes, se interconectan ayudando a conformar un universo más complejo. Igualmente, en El centro del centro (2017) emerge una puerta con dintel curvo y trasfondo azul que desequilibra la composición y pone en tela de juicio la afirmación que anuncia el título. Estas obras expuestas donde imperan los ángulos y el color rojo, se muestran en el CAC Málaga cerca una de la otra, creando una ilusión de lleno y vacío de los espacios que tanto caracteriza el trabajo del artista.

Esta ilusión es un recurso que emplea en otras obras y que tiene una doble función, por una parte determina la consistencia de la superficie representada, aclarando su bidimensionalidad y por otra presenta una parte de la obra que existe pero que no deja ver.  En S/t (buchi trasversale) (2014) se aprecia una piedra lisa roja, donde unas aberturas adivinan el material representado creando unas sombras. Con el término “bucchi”, el artista Lucio Fontana se refería a los característicos agujeros de sus obras, la relación del trabajo de Guerrero con la de éste, es un guiño formal. Otra obra que se exhibe en la exposición, S/t (línea de área) (2015), muestra en esta ocasión, no las hendiduras ya mencionadas, sino las rajas y fracciones de la misma piedra creando volúmenes en esta “escultura” representada.

Guerrero en efecto se atiene a la superficie. Lo hace además materialmente al unir óleo y esmalte, así la pintura muestra su condición de materia y el cuadro se extiende ante la mirada negando toda ilusión de profundidad.  Le interesa ese punto donde coincide la propia realidad figurativa y la propia realidad de la superficie del cuadro que crea gracias al uso del trampantojo, llamado en francés “trompe l'oeil” (engañar el ojo). Esta técnica pictórica que intenta engañar la vista jugando con el entorno arquitectónico real o no, la perspectiva, el sombreado y otros efectos ópticos y de simulación, consiguiendo una realidad intensificada o una sustitución de la realidad. Esta técnica se usa desde hace siglos en la pintura y se pueden distinguir distintas formas de utilizarla, como añadir elementos que den un aspecto real y ajeno a un cuadro, tratar de simular cierto tipo de textura o relieve o la simulación de objetos o composiciones con falsos fondos. En toda la obra de Guerrero se encuentran ejemplos de “trompe l'oeil”, pero deben resaltarse S/t (a(b(c))) (2015) y S/t (la medición) (2016), donde se hace más acusadamente. En estas, se aprecian cilindros de distintas dimensiones pintados de un exuberante rojo con esmalte sintético, donde pueden verse hasta los brillos que causan la incisión de la luz, y que recompuestos y recombinados espacialmente, conforman la pieza escultórica que emerge en S/t (a(b(c))) (2015) y como un palo atravesado en S/t (la medición) (2016).

Por último, en el díptico S/t (1 azul + 1 negro + ½ blanco) (2017), la forma estrellada en negativo (a la que le faltan las puntas) compensa el ritmo de distribución de elementos sobre la superficie del lienzo. Ambos cuerpos, estrella y vano, están presentes en estudios sobre papel o en maquetas utilizados en otras propuestas del artista. Asimismo, el propósito de toda la obra de Rubén Guerrero gira en torno al cuestionamiento de la realidad pictórica y a la evaluación de su doble condición oscilante entre ficción creíble y realidad inventada.
 
Rubén Guerrero (Utrera, Sevilla, 1976) es el principal representante de una generación de pintores andaluces, que explora los límites de la pintura, y sus nuevas vías de desarrollo. Ha realizado exposiciones individuales como Diferido, reversible y sin escala, F2 Galería, Madrid, 2016; La réplica afectiva, Galería Rafael Ortiz, Sevilla, 2016; Nivel cero. Luis Adelantado Valencia, 2014; Entre fraudes y hechos, Luis Adelantado, México, 2013; Anverso [contra] Reverso, Centro de las Artes de Sevilla C.A.S. Monasterio San Clemente, Sevilla, 2007 o Pinturas, Galería Icaria, Alcalá de Guadaíra, Sevilla, 2001. Ha realizado exposiciones colectivas por diversas galerías, fundaciones y salas alrededor del mundo. Además, la obra de Rubén, ha sido reconocida tanto nacional como internacionalmente, formando parte de colecciones tan relevantes como la del PAMM Pérez Art Museum de Miami, la Colección DKV seguros médicos, la Colección Juan Entrecanales, la Fundació per amor a l’Art, la Colección del Banco Sabadell o la Fundación Coca-Cola, entre otras.

Puede visitarse hasta el 28 de enero de 2018

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