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Cuestión de Conjuntos: cositas que tiene la vida
13June
Artículos

Cuestión de Conjuntos: cositas que tiene la vida

Por. Emir García Merella

I

Érase una vez un Conjunto; que como todos los Conjuntos sabía cómo hacer bien un son, un bolero una guaracha, una rumba y hasta se podía permitir el aquello de un mambo de vez en cuando. Todo Conjunto que se respete tiene un buen sonero/rumbero, un guarachero y un bolerista como cantante. Tres voces y un solo fin: cumplir con el bailador.

Este Conjunto, igual a los de su época, tenía un origen ilustre.

Conjuntos hubo muchos en un tiempo y sus nombres eran repetidos hasta el cansancio por todos; de ello se encargaban la radio, las victrolas y sobre todo los bailadores que no dejaban de estar pendientes de cada tema que grabaran “…los músicos de la orquesta de su preferencia…”- y así fue por muchos años –décadas si se quiere—hasta que un día parecían inoperantes como forma de expresión de la música popular cubana. Todo indicaba que esta formación musical estaba condenada a ser parte de los libros, las historias y las leyendas; que su ciclo vital estaba agotado. Vivimos un nuevo siglo y hay por tanto una nueva música disponible. El edicto que decretaba tanto su fin, como el de otras formas de expresión de la música popular cubana, estaba listo para entrar en vigor.

Sin embargo; no ocurrió, más que desaparecer se replegaron.

 

Portada del disco

 

II

Al Conjunto Casino le nacerá un hijo en los años cincuenta del pasado siglo. Roberto Faz, uno de sus cantantes decide apostar a su suerte. El ídolo de Regla tendrá su propio Conjunto acompañante y hará por mucho tiempo una de las carreras más sólidas de ese tipo de formación musical: por más de cuarenta años, incluso cuando él ya no está.

Si se trata de boleros, buenos boleros, para diferenciarse del resto proponen “los mosaicos”; tal vez la más innovadora forma de unir compositores de diversos estilos bajo un mismo decir. Cuando llega el turno a los sones nadie como ellos para darle carácter y estilo. Un buen repertorio garantiza el favor del público. Así fue hasta que un buen día el Conjunto Roberto Faz se nos apagó de los medios y puede que de la memoria.

Hoy, tras el reposo del guerrero, regresa nuevamente a las lides musicales un poco más maduro; pero sonado bien macho y con las mismas voces que alguna vez inspiraron amores e invitaron a echar un pasillo. Y no se trata de una aventura sonora, no es el capricho de un productor musical improvisado; no es tampoco una operación comercial para compulsar a la memoria.

Es tiempo de ordenar nuevamente la casa musical cubana, y el orden pasa por retomar todo aquello que musicalmente no está condenado a cien años de soledad; sin renunciar a lo que la contemporaneidad nos ofrece. Roberto Faz y sus músicos –los de ayer, los de hoy, y los de mañana—saben de ello y vienen a demostrarlo. Bis Music asume el riesgo.

Este disco, lo mismo que los Conjuntos - más allá de su definición matemática- no pasará de moda. Así lo afirmo.