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Intolerancia: Comienzos del cine contemporáneo
29March
Artículos

Intolerancia: Comienzos del cine contemporáneo

David W. Griffith, un precursor

David W. Griffith se convirtió en el primer cineasta norteamericano capaz de forjar la apariencia y los temas definitivos del melodrama cinematográfico norteamericano, y de comprender el potencial expresivo de las imágenes para crear efectos narrativos y dramáticos a partir de asimilar la literatura de Charles Dickens, la pintura victoriana y el teatro espectacular de variedades norteamericano.

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Fue Griffith el primero en subordinar absolutamente todos los códigos expresivos a las exigencias de un relato genérico, en ocasiones bastante complejo, como en el épica e historicista película El nacimiento de una nación (1915), y fue mucho más lejos en la obra Intolerancia (1916).

Intolerancia, un filme a tomar en cuenta 

Intolerancia, como su nombre indica, versa sobre esta constante característica de la naturaleza humana. En cuatro historias: la caída de Babilonia, la pasión de Cristo, la masacre de San Bartolomé y una historia ambientada en la época en que se realizó la obra, nos muestra que siempre ha existido la intolerancia y ha dado funestos frutos para todos.

Las cuatros tramas estarán entrelazadas a lo largo del metraje por la imagen de carácter atemporal de una mujer meciendo una cuna que simboliza el amor y la humanidad, exquisita metáfora  para representar lo positivo que siempre habrá en los seres humanos.

La iluminación y el diseño de vestuario en esta escena es alegórico al mensaje que se trasmite, la mujer meciendo la cuna en todo momento esta vestida de blanco y un rayo de luz incide directamente sobre ella, mientras que podemos ver, ante un fondo muy oscuro, a tres mujeres vestidas de negro que pudieran representar la intolerancia, la envidia y la violencia de los seres humanos, como se verá a lo largo de la película.

 

Escenas del filme Intolerancia. mujer vestida de blanco que mece la cuna

 

Las cuatro historias corren paralelas, y presentan un desarrollo narrativo lineal, aunque se intercalan escenas de una historia a otra a lo largo de las casi 3 horas de duración, cada vez con mayor rapidez y con menor duración las escenas de cada una, hasta llegar al clímax de la película, cuando todas convergen y un mensaje de corte moralista sella el final.

El legado de una obra 

Es de hacer notar varias características de esta película que son de uso común hasta nuestros días por los directores de cine: el montaje es una de ellas. En Intolerancia se pueden presenciar elementos cinematográficos muy novedosos para la época en que se filmó la película.

Por ejemplo, Grifffith modifica la posición de la cámara dentro de una misma escena (prodigioso el plano en el que la cámara parece descender desde los cielos de Babilonia para posarse sobre la ciudad). La escena la divide en varios planos. Utiliza la cámara de modo expresivo (se acerca a las reacciones de los personajes tomando un plano medio de dos personas tras un plano general de ambos).

Además introduce el primer plano como expresión dramática, y el corte directo de una escena a otra. Recurre al uso dramático de la iluminación en el cine. Avanza en el desarrollo del montaje paralelo (se toma o se abandona una historia en un momento determinado para continuar o empezar otra totalmente ajena, o alternado).

Dos acciones ocurren a la vez. Incorpora el ritmo como elemento dramático, usando la fórmula del “salvamento en el último minuto”, que es la base del suspense. Utiliza por primera vez los grandes planos generales, elemento dramático enfatizador del espacio cinematográfico, y a la movilización de grandes masas dentro del encuadre.

En Intolerancia se pueden observar tomas fuera de campo y close-ups que, insertados en la historia, obligan al espectador a armar por sí mismo la historia: ésta es ensamblada a partir de elementos explicitados.

 

Escenas del filme Intolerancia. Majestuoso palacio

 

Otra característica digna de nombrar en la obra es la colosal escenografía y vestuario de las historias de la caída de Babilonia y de la masacre de San Bartolomé. Especial mención merecen las escenas de elegante erotismo que envuelve al harén de Babilonia, totalmente novedosas para la época; y las del majestuoso palacio con la gigantesca escalinata, donde se celebró el festín. No menos lo son algunos efectos especiales utilizados en el filme que al espectador de hoy no le asombrarían, pero que son los “fundadores” de los efectos de hoy.

Mencionar el nombre de este filme, Intolerancia, nos adentra a un legado de una obra de gran factura, de un lenguaje cinematográfico moderno y la forma de hacer montaje que, si bien han sido mejoradas, aún hoy perduran. Intolerancia es una película de cuyo disfrute no se debe privar ningún cinéfilo, pues se trata de una obra maestra del cine.

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