Inspirado en la obra de Prosper Merimee, con música de George Bizet, pero sumando lo nuestro, la riqueza cultural heredada de los ancestros, para otorgarle la cubanía nuestra, el Maestro Eduardo Veitía revisita Carmen. Con su nueva producción titulada Carmen.Cuba ha salido de las fronteras caribeñas para mostrarla en la República Popular de China, en su tercera gira a esta inmensa nación asiática que lo llevara por 17 ciudades de 11 provincias, hasta mediados de diciembre.

Changchun, capital de Jilin, ubicada en el noreste del gigante asiático, la vecina Mudanjiang (Helliongjiang), la más septentrional con fronteras con Rusia, así como Fuzhou y Fuding (Fujian), en el sureste, ya han recibido al BEC -que recorrerá la geografía china en saludo al aniversario 65 del inicio de las relaciones entre ambos países. Inspirada en la conocida obra de Prosper Merimee, y con música de George Bizet, a la que Veitía ha añadido otras versiones de la original, y hasta notas cubanas, como la de la cantaora Chelo Pantoja del bolero Dos gardenias, de Isolina Carrillo, y una percusión que traspasa fronteras culturales, pues los toques del cajón marcan ritmos, que luego en el baile se transforman en la manera de bailar los cubanos. Una marca singular que acerca la fuerza del Caribe con su rico arcoíris cultural llegado de muchos lugares del mundo. Y que en el epílogo de la obra se desborda, después del saludo, logra calar hondo en el publico chino. Todo ello es recibido con largas ovaciones. Pues, no son cubanos que tratan de bailar a lo español con un acento pintoresco, sino bailarines que descubren la raíz hispana y UNIVERSAL que hay en todos los cubanos, Y lo entregan con un ánimo y fuerza, que envuelve a los espectadores como una inmensa Ola de cubanía…

Es una magia que hipnotiza al auditorio. Cada coreógrafo ha vestido a su manera, en el tiempo, a esta mujer devenida símbolo de pasión y libertad, y Carmen.Cuba lleva en sí, un halito de esta tierra de sol, ritmo, musicalidad y energía, que atrapa. Es algo vital que emerge de lo profundo de la obra y colorea el ambiente. Eduardo Veitía la mueve, como hechizada, al compás de nuevos aires… Pero, más allá del baile, donde se suman gestos y temas cubanos que la hacen diferente, la obra brilla también con los diseños de vestuario del artista Oscar de la Portilla, que le regalan un encanto especial, así como el de escenografía (video mapping de Tamine González), que con sus imágenes, algunas de ellas de emblemáticos rincones de La Habana, el mar y hasta un paisaje de palmeras…, aderezan la llamativa pieza con ambientes de nuestra isla.

Otra parte del éxito la entregan los danzantes. Los roles principales son interpretados por el primer bailarín Daniel Martínez (Don José), Kelly Álvarez (Carmen), Nayara Calderón (Doña Frasquita y el Toro), Pedro A. Duarte (Escamillo), y el cuerpo de baile.

Ya el BEC, siguiendo por el sureste del gigante asiático pone proa a Cantón, ese punto de la geografía china que esta tan cerca de los cubanos, pues desde allí llegaron a la Isla, la mayoría de los más de 120 mil emigrantes a mediados del siglo XIX. Ellos también regalaron colores a nuestra nacionalidad, y en esta obra que acerca el Ballet Español de Cuba al público de la República Popular de China: Carmen. Cuba, también se les recuerda, pues en ella desbordan todos los elementos que se reúnen en nuestra nacionalidad.





Fotos: Cortesía del autor
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