A 30 km de Madrid se encuentra Alcalá de Henares, una de las ciudades españolas que sí o sí hay que visitar al menos una vez en la vida. Y no solo por su mítica Universidad, o porque aquí nació Miguel de Cervantes y, además, su cocido madrileño es de los mejores que hay, o por su declaración como Patrimonio de la Humanidad, hace justamente 27 años.
La zona, catalogada por la Unesco como de un “valor universal excepcional” abarca 79 hectáreas e incluye un magnífico complejo de edificios históricos (785, de los cuales un 60% están catalogados y declarados de interés), como el Colegio Mayor de San Ildefonso o el Monasterio de San Bernardo.
Aunque su fundación se remonta a la época celtíbera, fueron los romanos quienes explotaron el potencial de este fértil valle y fundaron aquí Complutum; una próspera ciudad del siglo I D. C.; así lo atestiguan los delicados mosaicos que adornaban sus casas, exhibidos actualmente en el Museo Arqueológico y Paleontológico local.
Como en la mayor parte de España, por Alcalá pasaron varias culturas, de las cuales tres llegaron a convivir simultáneamente (y medianamente en paz) durante la Edad Media: judíos, musulmanes y cristianos; de hecho, a los árabes debe su nombre, que significa “castillo sobre el río Henares”.
Tras varios siglos de la reconquista cristiana, y por iniciativa del Cardenal Cisneros, se creó en 1499, la Universidad de Alcalá. Pensada como la primera ciudad universitaria planificada del mundo, por sus aulas pasaron grandes autores como Quevedo, Tirso de Molina o Lope de Vega. Es increíble que el mismo señor oscuro que fue unos de los pilares de la Inquisición fuera capaz, al mismo tiempo, de traer el Renacimiento a España.
En fin, cosas de la historia…. Lo cierto es que su posterior labor cultural (que también fue modelo para América y Europa) y los avances lingüísticos que allí tuvieron lugar –en particular en la definición de la lengua española y de su obra maestra, Don Quijote-, fueron claves para que la Universidad y el recinto histórico de Alcalá de Henares se declarara como Patrimonio de la Humanidad, en el Comité de Patrimonio Mundial celebrado en Kioto, el 2 de diciembre de 1998.
Fotos: @yricardopupo
