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La fiesta Lam TRES DÍAS INCONTABLES
26June
Artículos

La fiesta Lam TRES DÍAS INCONTABLES

El pájaro Lam. En primer plano su autor: Alberto Lezcay.

ALBERTO LESCAY

En La Habana, la Bienal ha sido la gran fiesta de la plástica universal, y ha ratificado que las artes visuales están muy bien situadas en el referente internacional. La Fundación Caguayo concibió este Homenaje a Wilfredo Lam, de tipo social y comunitario, porque es el artista cubano de la plástica más universal, que desde un lenguaje contemporáneo logró expresar el aliento de lo caribeño, de lo cubano, afrocaribeño o afrocubano, como quieran decir.

Taller sobre construcción artesanal de juguetes. Al fondo, el arquitecto Luis Ramírez, vicepresidente de la Fundación Caguayo.

Otro de los talleres que entusiasmaron a los hijos de los vecinos del barrio.

Escogimos los días 29, 30 y 31 de mayo para comenzar desde temprano con actividades para que los niños pinten, conozcan a Lam y se acerquen a la cultura universal. Hicimos varios talleres, intervenimos las luminarias, organizamos grandes conciertos y descargas de jazz, con importantísimos artistas de relevancia nacional e internacional. 

El Maestro Frank Fernández y Albertico Lezcay en el escenario principal de conciertos.

Por aquí pasó Frank Fernández, que tocó junto a mi hijo Albertico Lezcay, porque fue y es su maestro, y son amigos; y Michel Herrera, Eduardo Sosa, Vivanco, Zule Guerra, Raúl Torres. Y artistas plásticos de Venezuela, Bahamas, República Dominicana, Alemania, más las esculturas vivientes del Grupo Ojos, de Santiago de Cuba, entre tantos hermanos de causa que asistieron.

Los actores santiagueros acompañaron el performance desde la sede del Consejo de Desarrollo Monumentario (Codema) hasta avenidas principales de La Habana como La Rampa y el Malecón.Tenemos una obra rodante, que se nombra Mutación forzada, y que es un jeep marca Willys, norteamericano clásico de los años cuarenta, que por circunstancias cubanas fue transformado en un Lada soviético. Lleva encima un ataud que se llama Bloqueo, hincado por muchas cruces. Lo llevamos por varias avenidas, por el Malecón, hasta el Morro y La Cabaña. Nos llamaba la atención la sorpresa de la gente viendo el funeral, y arriba del Willys los artistas celebrando. Se está muriendo el bloqueo, vamos a enterrarlo. Hay que estar contentos de que se muera ese absurdo con el que hemos tenido que sobrevivir en Cuba, y los jóvenes han nacido y vivido bajo ese bloqueo. Hace falta que se acabe ya, y esta obra quiere contribuir a ello.

A lo mejor, indirectamente, ese bloqueo y sus carencias conllevó a una mentalidad creativa en un sistema de enseñanza artística que se desarrolló en todo el país, y que nos llevó a la imaginación y a la inventiva. De ello habla mi obra rodante...

Una nueva tradición

Nos interesa mucho atender esa actitud tan bella que han tenido las personas de este barrio respecto a la escultura de Lam. No olvides que el monumento El pájaro Lam se inauguró en la Bienal del 2009 como un homenaje a su centenario en el parque de 14 y 15, en El Vedado habanero.

Y luego hemos querido que en cada Bienal suceda un acontecimiento para los visitantes, para los admiradores de Lam en el mundo entero. Llevamos ya algún tiempo realizando este homenaje permanente, como una manera de estimular la mirada hacia él, al conocimiento de quién fue Wilfredo Lam.

Desde que se colocó el monumento, el barrio lo ha asumido muy bien. Este es un parque muy vivo, siempre está lleno de personas de diferentes generaciones: por la mañana las viejitas y los viejitos hacen ejercicios, los fines de semana son esta fiesta de los niños, aquí juegan de todo. Siempre fue un punto de encuentro para los  estudiantes que iban hacia la escuela al campo.

Como saben, en una esquina frente al parque se ubica el Consejo Asesor para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria (Codema),  y casi enfrente se alza esta  maravillosa iglesia gótica que en mis años de la Escuela Nacional de Arte vinimos a estudiar como ejemplo del estilo gótico en La Habana. Hemos tratado de crear una tradición, que en este parque sucedan hechos culturales al menos dos o tres veces vez al año. Por eso hemos puesto estas vallas, que ya serán permanentes. Buscamos que la escultura tuviera una iluminación adecuada, y ahí está como una señal muy importante, un punto de atracción visual. Y que las instituciones, el propio Codema, las Casas de Cultura, puedan seguir usando este parque para las actividades culturales.

Me alegra mucho haber emplazado este monumento aquí, no solo por las cuatro  ceibas, que están sembradas por claros motivos religiosos, sino también por este bosque, esta cantidad de árboles centenarios que lo cobijan y convierten en un lugar muy agradable para que las personas puedan incluso leer, compartir con su pareja, hasta estudiar.

El pájaro Lam

Yo siempre me he identificado con el espíritu de Lam y su obra. Cuando Abel Prieto me encargó trabajar para este monumento, me lo dijo: es que entre mis amigos escultores es a ti a quien veo más de cerca de Lam. Tenía razón, siempre he sido un fiel y profundo analista admirador de la obra de Lam. Porque parte de las entrañas de los procesos culturales de nosotros, y de su altísima sensibilidad, y siendo un hombre muy creativo, de mucha visión, supo interpretar el mundo con un lenguaje del arte contemporáneo, y expresar ese ajiaco del Caribe con la imaginería de este nuevo espacio que surgió al mundo.

Y lo primero que me propuse con este monumento es que Lam estuviera complacido. Mi pregunta si era así o no, se lo hacía a él mismo. El curador, quien debía aprobar o no, era él mismo. Sospecho que si se parara ante el monumento dedicado a él, lo vería bien. La idea de convertirlo en el pájaro que él había pintado siempre, me vino antes de saber que él mismo se había autodefinido como ese pájaro que siempre había pintado.Esto me dio mucha seguridad, yo soy como ese pájaro que va detrás de algo, como de algo a encontrar.

Mi gran proyecto es trabajar un poquito todos los días

Mi último proyecto, que me tiene apasionado, emocionado, es que estoy trabajando en el monumento a Mariana Grajales, una de las más grandes mujeres que ha dado la Tierra, en el año de su centenario. Esa obra es un regalo que me ha hecho la vida y me siento honrado de poder acometerla.

En la Bienal también he estado presente en la muestra colectiva AB + C, que se encuentra en la sala Taganana del Hotel Nacional de Cuba por iniciativa del Fondo Cubano de Bienes Culturales, expongo una obra titulada Fiesta que ha funcionado muy bien en el entorno expositivo porque comparto el espacio con artistas muy importantes de la plástica cubana contemporánea. Me siento profundamente honrado por estar junto a mis colegas.

También agradezco mucho el espacio que me otorgaron en la fortaleza de San Carlos de La Cabaña. Mi exposición personal está integrada por piezas de la serie Sueños de Caballas que ha suscitado mucho interés en el público. Eso es algo muy reconfortante. La hice especialmente para la Bienal. El personaje de la Caballa empezó a aparecer en mi obra hace más de diez años. Al principio fue como un juego hasta que se convirtió cada vez más en algo muy serio. Quizás es la hembra del caballo, pero tiene otros significados más.

Además estoy presente en la exposición de pintores cubanos abstractos allí en La Cabaña. De modo que me he tomado muy en serio la Bienal porque se lo merece. Es una gran fiesta mundial de las artes visuales.