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UN DIÁLOGO PARA ENRIQUECER DOS CULTURAS
26June
Artículos

UN DIÁLOGO PARA ENRIQUECER DOS CULTURAS

Pedro Ruiz:
«La cultura cubana ha estado presente, ha sido y es una gran influencia en la cultura estadounidense desde hace muchos años, sobre todo en la música y la danza».

El coreógrafo Pedro Ruiz con bailarines del Ballet Contemporáneo Endedans.

Pedro Ruiz regresó a Cuba, su tierra natal, y quedó deslumbrado. Había emigrado en su infancia, los recuerdos eran lejanos. Pero el reencuentro fue contundente.

«Después de treinta años fuera, volví en el 2009, como parte del grupo de estadounidenses que le traía la carta de invitación oficial a Alicia Alonso para que participara en la celebración del American Ballet Theater por los 90 años de la bailarina. En esa oportunidad visité una clase magistral en Danza Contemporánea de Cuba. Fue una gran emoción ese encuentro con bailarines tan espectaculares. La invitación del director Miguel Iglesias para que trabajara con la compañía me abrió las puertas en la Isla».

Las puertas, de hecho, abrieron de par en par. A partir de ese momento, Ruiz, un coreógrafo reconocido en el ámbito neoyorkino, comenzó a viajar repetidamente a Cuba, casi siempre para colaborar con compañías de la Isla. Montó piezas con Danza Contemporánea de Cuba, con Danza del Alma (radicada en Santa Clara), y por fin con el Ballet Contemporáneo Endedans, una compañía fundada en Camagüey por la Maestra Tania Vergara.

Los lazos con ese último elenco fueron fuertes desde el principio. Pedro quedó seducido por la fuerza y la entrega de los bailarines. Y se enamoró de Camagüey, «una ciudad que no se parece a ninguna otra en el mundo».

Ese amor a primera vista tuvo un fruto: el ballet Momentos en el viento, estrenado en el Teatro Principal de la urbe. Pedro recreaba en la puesta sus impresiones al desandar las laberínticas calles de la ciudad.

Fue el principio. El pasado año fue nombrado director artístico de la compañía. Es la primera vez que un coreógrafo radicado en Estados Unidos asume un cargo de esa relevancia en Cuba. Lo que se dice un hito. Más importante si se tienen en cuenta los estrechos vínculos entre los movimientos danzarios de los dos países.

Pero no es un nombramiento gratuito: se sustenta en un trabajo serio y comprometido. «Siento que tengo cosas que ofrecerle a la danza en Cuba, un aporte humilde, pero sincero. Se lo debo a mi tierra natal. Yo mismo he bebido mucho de este legado, atesorado por tantos años, defendido por artistas tan valiosos».

¿Qué retos le plantea el nombramiento? ¿Qué dificultades persisten?

El primer reto es llevar a la compañía a un nuevo nivel profesional y artístico, con una estética renovada y enriquecida por un repertorio diverso, que le dará la oportunidad a los bailarines de crecer tanto técnica como artísticamente.

Una presencia más estable en la compañía me dará la posibilidad de desarrollar nuevos intercambios culturales y educativos junto con la nueva directora Yaylin Ortiz.

¿Qué puede aportar la cultura cubana a Estados Unidos? ¿Qué puede aportar la cultura de Estados Unidos a Cuba?

La cultura cubana ha estado presente, ha sido y es una gran influencia en la cultura estadounidense desde hace muchos años, sobre todo en la música y la danza.

Es notable la gran contribución de la música norteamericana, particularmente el jazz, a la música popular cubana. De la misma manera han sido importantes los aportes de los ritmos cubanos a la música estadounidense.

La danza en Estados Unidos también ha contado con la influencia de la técnica del ballet cubano. Y viceversa: Alicia y Fernando Alonso bailaron por muchos años allá.

Pasa también con la técnica de Danza Contemporánea de Cuba, que tiene claros aportes de la técnica de Merce Cunningham y Martha Graham.

Este diálogo permanente es muy importante, pues enriquece a las culturas. Esa ha sido precisamente mi inspiración desde que regresé a Cuba.

¿Cuáles son sus planes con el Ballet Contemporáneo Endedans?

Planes tengo muchos. Tomarán tiempo, poco a poco. El repertorio de la compañía debe crecer, pero también quiero desarrollar programas educativos y artísticos para jóvenes bailarines y los miembros de la compañía. Sueño con crear un laboratorio coreográfico para el desarrollo de futuros jóvenes coreógrafos en Cuba.