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Jazz a full
11January

Jazz a full

Nuevamente la capital cubana, esta vez en su cumpleaños 500, se apresta a convertirse en la capital del jazz mundial cuando se celebre entre el lunes 14 y el domingo 20 la edición 34 del Festival Internacional Jazz Plaza, con subsede en la oriental ciudad de Santiago de Cuba. Algunos avances del amplio programa que durante una semana inundará disímiles espacios de ambas urbes fueron dados a conocer en conferencia de prensa realizada en el Hotel Nacional con la presencia de Bobby Carcassés, Premio Nacional de Música y artífice del evento; Víctor Rodríguez García, director del Centro Nacional de Música Popular y presidente del evento; Marta Bonet, presidenta del Instituto Cubano de la Música; Roberto Fonseca, director artístico del Festival y presidente de la sede Santiago de Cuba; y la musicóloga Neris González Bello, quien está al frente del programa académico del Coloquio Internacional de Jazz «Leonardo Acosta in memoriam» en su edición catorce.

Este año, la nómina de artistas invitados al evento incluye a músicos extranjeros como Joss Stone (Reino Unido), Preservation Hall Jazz Band, Arturo O’Farril, Brian Lynch, David Weckl, Leni Stern, y The Common Taters Southern Fonk Band (Estados Unidos); Néstor Torres (Puerto Rico), Adrián Iaies & Colegiales Trío (Argentina), Dan Barnet Big Band (Australia) Oz Noy (Israel), y Patricia Kraus (España), que se unirán a un elenco de lujo de músicos cubanos.

El Maestro Carcassés, después de hacer un recuento del contexto en que hace más de tres décadas surgió este Festival, habló para los presentes sobre el concierto inaugural que encabezará en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional el miércoles 16, que tendrá por título «Afrojazz y Timba Funk», y que contará con la participación de Roger Glenn, Yosvany Terry, Dick Griffin (Cuba-Estados Unidos), Marc Quiñones, Bobby Allende y 8 y Más, y Tony Succar y su proyecto Unity (Puerto Rico). «En Cuba —concluyó— hay un jazz ancestral, por nuestras raíces. La fusión generó una nueva música: el jazz afrocubano, algo que trasciende la historia. La presencia numerosa de grandes músicos este año confirma que la Isla es una sede garantizada. Tendremos músicos de todas las latitudes demostrándonos lo que es el jazz, y su significación para la historia de la música y para la cultura mundial. Es una música que no se repite nunca y que sale de lo más profundo del ser humano».

Uno de los hitos que marcarán el Festival Jazz Plaza 2019 será el debut de Moshulu Band, proyecto único que nace para Cuba, liderado por Jeff Berlin —uno de los grandes renovadores de las técnicas de ejecución del bajo—,  e integrado además por el baterista Dennis Chambers (quien ha tocado con Funkadelic, Santana, John Scofield…), el tecladista y guitarrista David Sancious (Sting, Peter Gabriel, Bruce Springsteen…) y el gran guitarrista Oz Noy, representante de la nueva generación de músicos neoyorquinos. Mushulu —nombre del barco en el que viajaba el joven Vito Corleone hasta Nueva York en la segunda parte del filme El padrino— tendrá su debut mundial el viernes 18 en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional.

El concierto de clausura —domingo 20, Sala Avellaneda— será una noche para no olvidar, no solo porque estará a cargo del Maestro Roberto Fonseca y su grupo Temperamento, sino porque tendrá como invitados a músicos de tan disímiles características como la Diva del Buenavista Social Club Omara Portuondo, Haila María Mompié, Bárbara Yanes, M Alfonso, Ivette Cepeda, María Victoria Rodríguez, La Reina y la Real, Barbarito Torres, Paulo FG y Juan de la Cruz Antomarchi Cotó. «Será un súper concierto —apunta Fonseca—. Suena a locura, pero justamente lo que queremos es hacer un puente donde todas las músicas se van a llevar muy bien, con respeto, porque al final son el lenguaje universal. Ya estamos ensayando, estoy haciendo los arreglos, y les confieso que es mucha pincha».

«La obra de nuestros jazzistas —se lee en las palabras de bienvenida al evento—, ya sea en Cuba o fuera del país, pone de manifiesto que una auténtica visión cultural tiene que ir más allá de constreñirse tanto a un estrecho nacionalismo como a los efluvios imperiales. Son veleidades de las que por igual hay que huir, en pro de metabolizar las más disímiles tradiciones y, con ello, producir un tipo de creación musical que siga siendo cubana, pero concebida desde un lenguaje universal».