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FERIA ARTCARTAGENA, LA FUERZA DE LOS SUEÑOS
14February

FERIA ARTCARTAGENA, LA FUERZA DE LOS SUEÑOS

Un aspecto interior de una de las galerías (D'Museo Venezuela) ubicadas en las habitaciones.Cartagena de Indias, fundada hacia 1533 por don Pedro de Heredia, y conocida también como La Heroica, fue declarada por la Unesco Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad. Allí, en el barrio histórico o «corralito de piedras», como le llaman popularmente, con los adoquines, balcones floridos, callejuelas repletas de leyendas/hechos evidenciados en sus museos, y una arquitectura con castillos, construcciones de la época colonial, flanqueadas por una larga muralla de casi cuatrocientos años, apareció en enero de 2014 una experiencia original: la primera edición de la Feria ArtCartagena.

La segunda edición del encuentro se hizo realidad entre el 9 y 15 del primer mes del año, en la hermosa ciudad costera colombiana que da al Caribe. Pero ha crecido, e  inundó, además de los espacios del hotel Bóvedas de Santa Clara —una moderna edificación construida sobre antiguas bóvedas dedicadas a almacenar armamentos—, al hotel Casa Pestagua.

Ambos acogieron esta Feria-Boutique Internacional de Arte (sui géneris) que se realiza íntegramente en las instalaciones de los centros hoteleros (suites que sirvieron para mostrar la obra traída por alrededor de veintiséis galerías), transformándolas en una experiencia única en Colombia, ya sea por su manera de exposición y por la plataforma de relacionamiento que propicia entre galerías, coleccionistas, visitantes y especialistas.

Llegadas de México, Estados Unidos, Perú, Venezuela, Argentina, Costa Rica, Brasil, Chile, El Salvador, Cuba, España, Suiza y Colombia, la presencia de estas galerías constituyó, por los artistas representados, un potente imán que atrajo, por la carga conceptual, llamativa, enérgica y contemporánea de sus creaciones.

ArtCartagena-Feria Internacional de Arte 2015, es un proyecto liderado por Walker Marketing Cultural, empresa de servicios especializados, para crear vínculos entre arte, cultura, empresa y mercado. Su trabajo está respaldado en la trayectoria de su gerente, Andrea Walker, quien en su amplia labor ha desarrollado espacios de alto calibre para la promoción y circulación del arte. Entre otros, la creación y dirección, por cerca de ocho años, de la Feria Internacional de Arte de Bogotá ArtBo, una de las más importantes de América Latina en estos momentos. Amén de posesionar, con esa iniciativa, a partir del 2004, a Colombia, en el mapa artístico, y al público y al arte colombiano en un nivel importante en la región y el mundo. Porque a partir de ese momento, los colombianos tuvieron la oportunidad de asistir a un foro que les ilustraba, cual brújula o termómetro, la situación y temperatura del arte de su país, latinoamericano e internacional. Desde entonces, el encuentro ha crecido a magnitudes inimaginables, ya en estos momentos de la mano de la actual directora María Paz Gaviria. ArtBo es una realidad que brilla con luz propia en Bogotá, y abre perspectivas infinitas a especialistas, críticos, coleccionistas y, sobre todo, a un público interesado que descubre el mundo artístico sin moverse de casa.
¿Por qué Cartagena? Al responder la pregunta, la carismática directora Andrea Walker expresó que confiaba «ahora en Cartagena de Indias, porque resulta una ciudad que no vive solo del recuerdo romántico de antiguas luchas sino que, además de tener una amplia riqueza cultural casi cotidiana, es capaz de mover acontecimientos como el Festival Internacional de Cine, el Festival Internacional de Música —que coincidió en la primera edición en algunas fechas con nuestra Feria—, algo que aportó ganancia para ambos eventos, y la Bienal de Cartagena…, entre otros». Y añadió que soñaba, desde que estaba en ArtBo, con fundar una Feria con un formato innovador, que marcara la diferencia con otros eventos  de arte realizados en Colombia.

«Pensé entonces en una Feria estilo boutique, con un carácter íntimo». Y encontró el lugar idóneo en estos sitios que respiran lo colonial y contemporáneo: el hotel Bóvedas de Santa Clara y el Casa Pestagua, «en donde cada una de las habitaciones, además de cumplir con su función de hospedaje, será el espacio de exhibición para las piezas de los artistas presentes».

La diversidad latinoamericana

En ArtCartagena se puso de relieve nuevamente, y en primer plano, la abarcadora mirada del arte latinoamericano: su diversidad, esa que la hace diferente y autóctona, en un encuentro que se encamina a enfocar las creaciones de esta parte del mundo. Así, entre más de un centenar de artistas representados, un enorme por ciento correspondió a nuestro continente.

Traspasar el umbral de la puerta de cada habitación-galería-stand era como dialogar con la magia de la creación contemporánea, pues desde los años cincuenta hasta la actualidad se produce muy buen arte en América Latina. Ejemplos cimeros de las más variadas tendencias y movimientos sobresalieron nuevamente en la Feria.

Entre otras agradables sorpresas, resaltó el nombre de la célebre artista serbia del performance: Mariana Abramovic —catalogada como una de las cien personas más influyentes del mundo, según la revista Time, gracias a sus imaginativas interpretaciones—, quien llegó iluminando la galería Bernal Espacio (España) con impresionantes fotografías de sus performances.

La Galería D'Museo (Venezuela) acercó trabajos relevantes de los maestros Carlos Cruz Diez y Jesús Soto, artífices en el continente y a nivel internacional de la corriente del op art y el cinetismo, así como otros nombres que siguen sus huellas como Reymond Romero, quien desarrolla investigaciones con elementos textiles a través de los que explora aspectos del folclor y la moda latinoamericana. Mientras que Francisco Pereira, en sus esculturas en bronce fundido reunidas con el sobrenombre de Bípedos, construye un imaginario fabuloso, a partir de elementos de una zoología antropomorfa en la que inmiscuye conceptos: ¿la humanización de los animales?, al tiempo que nos hace reflexionar sobre nosotros los hombres. Se sumaron el célebre artista colombiano Nadín Ospina, con su obra Retrato de familia (acrílico sobre lienzo y resina de poliéster, texto sobre papel y sistema lumínico) donde construye un tratado de las razas de forma muy original. Vale la pena recalcar en este espacio venezolano las creaciones de Kindi Llajtu, un creador indígena de la comunidad Inga (Colombia). Con extraordinaria capacidad para subvertir significados, el artista en sus pinturas (acrílico/óleo sobre lienzo) recrea el mundo de sus ancestros en la serie Líneas de la memoria. Sobre unas abstracciones que raptan los tonos de la naturaleza (selva) dadas con la textura y el color —que sería lo inconsciente—, él dibuja, con trazos mínimos, figuras humanas, canoas..., el universo de sus ancestros —lo consciente—. Al final entrega una obra que magnetiza las miradas por la riqueza del discurso y esas formas que parecen llegar desde las entrañas de la tierra. Por el camino, su vista atrapará tesoros artísticos, muy diferentes a aquellos que los filibusteros venían a buscar en el pasado, porque estos exponen y sacan a la superficie las riquezas internas de cada creador.

Por estos caminos destacan las creaciones de Sair García (galería Klaus Steinmetz, de Costa Rica), quien sobre planchas de acero inoxidable convoca el óleo en la serie Magdalena —el río que le da nombre— para transformar esas pulidas superficies en un espacio singular, cuyos barcos flotan sobre el mágico espejo.

En el stand de Logo Arte Consult (Brasil-Panamá) de seguro se detendrá en los trabajos de la artista peruana Gianna Pollarollo. Sobre planchas metálicas incide un dibujo exquisito que busca por el infinito cielo que nos cubre, y se detiene en la teoría de la relatividad y la de las cuerdas para desarrollar un discurso interesante que le hará pensar/soñar con esos trazos que reinventan el universo y sus misterios.

Fernando Botero / Eduardo Takeshi / Marina Abramovi
Inusitados objetos recrearon la magia

Las litografías de Regina Silveira (galería Luciana Brito (Brasil) demostraron que el talento creador acerca, con energía contemporánea, otroras técnicas gráficas donde ella suma conceptos y destreza a la hora de armar esas composiciones que atrapan, entre piezas de conocidos creadores cubanos como Roberto Diago, Sandra Ramos, Inti Hernández, Jorge López Pardo que destacan por las proezas técnicas y excelentes facturas. Sobresalieron las cajas de luces de Ernesto Javier Fernández en esas extraordinarias fotografías que se acoplan a inusitados objetos y recrean la vista de una manera singular para demostrar que no todo está dicho en el arte. Esto lo podía corroborar en el espacio de Co Galería/Espacio Cuba (Chile/Cuba).

En galería Forum (Perú), el conocido creador Eduardo Tokeshi, peruano de origen japonés, deslumbró con esa obra amplia que toca la instalación, fotografía, pintura, dibujo..., y sobre todo por esa capacidad de aunar, en sí misma el espíritu de sus ancestros, por un lado las formas delicadas que rescata del Oriente y el colorido de los Andes, en un todo que llama la atención del espectador.

Entre las creaciones de maestros de alto calibre que regaló la galería El Museo, en ArtCartagena, destacaron esas verdaderas joyas artísticas de Alejandro Obregón, Carlos Jacanamijoy, Alvaro Barrios, Nadín Ospina... donde resaltaron diversas tendencias y maneras de hacer que enriquecieron la muestra. Allí brilló con particular fuerza una pintura, fechada en 1953, del célebre escultor colombiano, uno de los grandes de Nuestra América: Eduardo Ramírez Villamizar, donde también en el lienzo y el óleo eternizó esas formas raptadas del entorno patrimonial americano para construir su fecunda creatividad.

El salón dedicado a la destacada artista colombiana —recientemente fallecida— Ana Mercedes Hoyos resultó un merecido homenaje a quien en su vida/obra resaltó siempre en primeros planos las tradiciones colombianas, llevó a nivel de arte aspectos de la cotidianeidad, gentes del pueblo, costumbres..., y subrayó tonalidades propias del ambiente y la idiosincrasia de su país, al que amó profundamente. La destacada creadora, quien hace poco más de dos años expuso en el Memorial José Martí de La Habana una interesante retrospectiva de su obra, reunió, cual mestizaje nuestro, en plural, variados modos de expresión de las culturas americanas, lo afro, el Pop Art y hasta el postimpresionismo europeo. Ella fue radical, porque bebió y fundó su proyecto de las raíces más sinceras de nuestros pueblos. En ArtCartagena yacen sus huellas como interés específico de los organizadores en rendirle tributo a la enorme artista.

La galería Jacob Karpio (Costa Rica) acercó piezas de indiscutible atractivo. Entre otras se pueden mencionar los originales trabajos del joven artista colombiano Juan Camilo García, quien en una labor casi quijotesca busca y «raspa», en los muros de la ciudad, los restos de afiches y carteles —que luego transforma en esculturas/muros, objetos y pinturas originales, y fotografías, que además de sumar papeles, añade vida/historia—, para dejar constancia de hechos y situaciones ocurridas a lo largo del tiempo en su Bogotá natal, y de esta forma construir un mapa singular del tiempo transcurrido, entre otros objetivos.

Aparecieron en la lista de nombres cardinales del arte latinoamericano, entre otros, el argentino Julio Le Parc (con la galería Graphic Art), los célebres artistas colombianos del volumen Eduardo Ramírez Villamizar y Edgar Negret, y el genio de la abstracción del continente, el peruano Fernando de Szyslo, junto con jóvenes figuras que colorearon esta amalgama del arte nuestro.

La galería Alfredo Ginocchio trajo esos excelentes dibujos, configurados a través de una técnica hiperrealista que produce extrañeza y asombro en el espectador de Hugo Lugo, así como el original Claudio Gallina (Argentina), quien lleva el arte a los cuadernos utilizados por los alumnos en las escuelas, sobre los que dibuja, de forma original y diestra, un sinfín de situaciones humanas. Y la MAP de Estados Unidos puso énfasis en temáticas como la emigración, la naturaleza y el absurdo bajo el lema «Nada es imposible en América Latina y en el arte».

Hubo mucho más. Porque la riqueza de las artes plásticas de esta región, con su conmovedora presencia en las más diversas ferias, bienales y encuentros mundiales, resulta un imán que atrapa las miradas de los espectadores. Todo ello salió a flote esos días en los novedosos pabellones de exposición de ArtCartagena 2015.