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HOTEL HABANA
01April

HOTEL HABANA

Los artistas cubanos Liudmila Velasco (Rusia, 1969) y Nelson Ramírez de Arellano (Alemania, 1969) participan en el programa de exposiciones principales de la X Bienal (Fortaleza de la Cabaña), con la serie Hotel Habana, realizada con fotografía, cajas de luz y video. En esta entrevista ambos creadores comentan acerca de este proyecto.

¿En qué consiste la obra?
Hotel Habana
pretende expresar la relación de esas dos palabras, una suerte de cápsula temporal desde la cual la ciudad construye sus expectativas hacia el futuro, pero no únicamente desde el presente sino también desde el pasado. El título en sí se lo debemos a una amiga curadora brasileña, Fernanda Cerávolo, con la cual comenzamos a organizar hace un par de años una muestra colectiva que pretendíamos tuviese lugar en un hotel en desuso, en São Paulo, que intervendríamos convirtiéndolo en centro de exposiciones para representar a La Habana a partir de una amplia selección de artistas cubanos. Cuando comenzamos a pensar en nuestra pieza para esta exposición surge la obra Hotel Habana. Ayudados por el azar encontramos un filme promocional sobre La Habana realizado en los años 50 donde se ven claramente las expectativas grandilocuentes de una ciudad moderna que quería ser como Nueva York. Más de 50 años después, cuando muchos creen ver un cambio en el futuro de La Habana, nos pareció el momento preciso para discursar sobre la relación entre las posibilidades futuras y la evolución de la realidad concreta.

¿Qué soporte usan?
La obra tiene como centro de su espinazo una video-instalación, en la cual las pantallas de video se enfrentan, de manera tal que el espectador no puede ver las dos imágenes al mismo tiempo, en una de ellas corre el video promocional sobre la Ciudad de La Habana realizado en los años 50 y en la otra el remake de este filme que hemos filmado, toma por toma, hasta reconstruir el mismo material fílmico pero esta vez 50 años más tarde, ambas proyecciones compartiendo la misma banda sonora proveniente del material original de los años 50, de forma que cuando observamos cualquiera de las filmaciones escuchamos la misma voz narrando las expectativas de futuro que, según este material, tuvo la ciudad en aquellos años.

Acompañando esta video-instalación hemos creado imágenes en las cuales se pueden apreciar diversos momentos del pasado, el presente y fantasías sobre el futuro de la ciudad; en algunas hemos hecho coincidir imágenes de los años 50 con una toma actual del mismo lugar, y luego le hemos incorporado carteles, vallas y anuncios lumínicos que no existen en la Habana hoy día pero que son comunes en muchas ciudades del mundo, acercándonos a algunas de las fantasías que amenazan el futuro de La Habana. Estas imágenes son, esencialmente, fotografías manipuladas que para nuestra obra en la bienal hemos impreso en un material traslucido con el objetivo de que la luz en cada una de ellas provenga de la imagen misma y no compita en iluminación con las proyecciones de los videos.

¿Pueden mencionar algunos ejemplos de anuncios/productos/cadenas comerciales/marcas de las que incluyen en la obra?
En casi todas la ciudades del mundo podemos encontrarnos con anuncios de CocaCola, H&M, Zara, IKEA, Samsung, etc. La Habana es, entre otras cosas, una ciudad singular por la ausencia de estos signos de la globalización.

¿Cómo nace el proyecto? ¿Cuáles fueron sus motivaciones?
Son muchas las experiencias que hemos acumulado durante años en relación con este fenómeno. En realidad en los últimos años muchas ciudades del mundo se han ido pareciendo un poco a La Habana, porque el cúmulo de anuncios ha llegado en ocasiones a ser tan grande que la ciudad se ha hecho invisible y las autoridades se han visto obligados a prohibir los anuncios. En ciudades como São Paulo, que hoy día nos deja ver una avenida Paulista limpia de contaminación visual, hace unos años era casi imposible apreciar los edificios a pesar de su descomunal altura. Sin embargo, para muchos la presencia de anuncios sigue siendo sinónimo de desarrollo y esplendor económico. Hace unos años, en Viena, unos artistas cubrieron por una semana los anuncios de una de las calles comerciales más importantes de la ciudad, y fue muy interesante la sensación de despersonalización que respiró la ciudad durante esos días, al tiempo que se sentía liberada del peso de la publicidad que opacaba la naturaleza de sus edificios. Por otro lado, hemos encontrado anuncios de Coca-Cola, lo mismo en París al lado del Moulin Rouge, en Bamako en el medio de la nada casi desértica del África Subsahariana, e incluso al borde de un volcán dormido en el Ecuador.

¿Esta reflexión sobre la ciudad y la manera en que ésta se inscribe (o sustrae) a determinadas dinámicas de la globalización es lamento o alegría? Me explico: ¿Ven esta circunstancia como algo positivo, deseable? ¿Cómo algo negativo, perjudicial?... ¿Por qué?
Todos estos fenómenos son en sí mismos como el ying y el yang, la ausencia y la presencia de algunas de estas dinámicas de la globalización pueden ser igualmente negativas y positivas, al mismo tiempo, dependiendo del punto de vista desde el cual se mire. De un lado resulta agresivo, impersonal y de cierta forma imperialista el sólo hecho de la presencia casi universal de estos elementos del paisaje global, en muchos lugares afectan seriamente la identidad, e incluso el desarrollo de las poblaciones locales; en muchos casos recordamos hace unos años en Berlín la comunidad de artistas e intelectuales que es bastante fuerte en esa ciudad estaba rotundamente negada a comprar en el nuevo Wal-Mart recién estrenado en las afueras de la ciudad. Las razones eran sobre todo políticas: Wal-Mart es una cadena de supermercados famosa por sus precios bajos, estos precios bajos se consiguen normalmente trayendo trabajadores de áreas suburbanas, y jóvenes donde por muchas horas reciben un sueldo ínfimo, y gracias a esta explotación y a otros trucos, la cadena se permite bajar los precios para hacer más apetecible el consumo de sus productos. Por otra parte, en muchos lugares hay personas que desearían tener un Wal-Mart cerca para ahorrar dinero en sus compras y acceder a productos de calidad.

Me gustaría que comentaran su visión sobre la ciudad, más allá de los límites de esta obra. ¿Cuál es su vínculo con la ciudad? ¿Han vivido siempre en La Habana? ¿Qué papel juega en sus vidas? ¿Qué tipo de "ciudadano” son? ¿A qué áreas se refieren específicamente con el nombre "Habana”?
En este trabajo nos circunscribimos hasta el momento a las zonas más conocidas de la Ciudad de La Habana, aunque hemos hecho esfuerzos por incorporar otras áreas al proyecto, al final las zonas más conocidas del Vedado, Centro Habana y Habana Vieja han resultado privilegiadas en esta obra por su valor representativo de la esencia de la ciudad. Ambos somos nacidos fuera de La Habana, sin embargo hemos vivido desde muy pequeños en La Habana y hemos realizado innumerables obras en relación con la ciudad, como “Todos los caminos conducen al mar” (1997-2007) en la cual exploramos la relación de la ciudad con el mar; algunas de las obras de nuestro proyecto más conocido “Absolut Revolution” están construidas en relación con la ciudad más allá de la relación con la Plaza de la Revolución; otras obras como “Los que ya no están” (2006-2008) que viene a ser como una suerte de inventario de nuestra memoria de la ciudad a partir de las referencias afectivas con las casas de nuestros amigos que ya no viven en La Habana pero cuyas casas, a pesar de su ausencia, siguen siendo puntos de referencia para nosotros por su relación con ellos. También Nelson, en su labor como curador jefe de la Fototeca de Cuba, ha organizado varias exposiciones en relación con la ciudad, entre las que vale la pena destacar “La ciudad y la fotografía; La Habana 1900-2005” presentada en la Novena Bienal de La Habana en la Biblioteca Nacional, en la cual exploró diversos acercamientos a la ciudad, desde el ojo del turista, el habanero, el fotógrafo profesional y el amateur a través de más de un siglo. Un trabajo que le mereció múltiples elogios y un premio nacional de curaduría. En 1997 realizamos también una exposición que vale la pena mencionar titulada “Proyecto 384”, proyecto colectivo exhibido en el Castillo del Morro, donde el grueso de las obras fueron de nuestra autoría y todas ellas discursaban sobre La Habana. Podríamos decir que hemos mantenido una relación intensa con la ciudad durante muchos años.

¿Cuáles son sus expectativas alrededor de Hotel Habana y de la X Bienal?
La Bienal es una oportunidad de mostrar nuestro trabajo, intercambiar ideas con otros artistas y curadores, la posibilidad de propiciar el nacimiento de nuevos proyectos. Creemos que ésa es la expectativa general de todos los artistas que participan en este tipo de eventos.