Skip to main content
“La Permuta que fue”. La Habana profunda vista por la fotógrafa boliviana Pilar Rubí
12November
Noticias

“La Permuta que fue”. La Habana profunda vista por la fotógrafa boliviana Pilar Rubí

Por: Odelín Sánchez

Fotos tomadas de la página en facebook de la artista.

 

María del Pilar Rubí Mendoza (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia,1976) estudió diseño gráfico en la Universidad Técnica Privada de Santa Cruz en su país natal (1999) y Fotografía Creativa en la Escuela Internacional de Fotografía, EFTI, Madrid (2011), impartió talleres de fotografía digital en “Talleres Veloso” de la capital española, la Universidad de las Artes de La Habana y la Fototeca de Cuba; también impartió una conferencia sobre fotografía callejera en la Escuela de Fotografía Creativa de La Habana, ha publicado fotografías en las revistas Excelencias, What´s on Havana?, Cuba Contemporánea, el diario boliviano La Razón y colaboró para la obra teatral cubana del 2014 Rascacielos, de Jazz Vilá. Esto es, en síntesis, el curriculum de la fotógrafa boliviana que por estos días exhibe su obra en el espacio “La Pared Negra” de la Fábrica de Arte Cubano (FAC) bajo el sugerente título de La permuta que fue, la cual se pudiera considerar como una continuidad de Malecón Nº 1, expuesta el año 2014 en la Galería Larramendi del hostal Conde de Villanueva en la Habana Vieja.

 

La muestra, que contó con la curaduría de Cristina Figueroa Vives, tiene como hilo conductor a un grupo de familias que habitan o habitaron en la calle Malecón No. 1; enmarcadas en retratos circulares que al decir del escritor teatral Abel González Melo, el cual tuvo a su cargo las palabras del catálogo:

 

Pilar se inmiscuye en los espacios que sus seres habitan y casi desaparece para regalarnos ángulos inesperados de este universo, fragmentos de una identidad tan entrañable como corrosiva. Al observar la serie en su conjunto percibimos la armonía conceptual y formal de la composición, del paisaje humano y también de la agonía que representa la espera… Todo es relato fecundo en estas imágenes. Todo provoca lo que el mejor arte visual: obligarnos a intuir lo que no está, lo que es latente, gracias a una mirada, un gesto, una intención.

 

La línea estética fotográfica que marca el quehacer de esta joven profesional del lente se basa en un discurso social, influenciada por fotógrafos como August Sanders, Lewis Hine y Cristina García Rodero. La exposición se va más allá de la bidimensionalidad fotográfica para abarcar la instalación debido a que el discurso museográfico lo encabeza una casa que es la réplica de Malecón No.1; es la instalación titulada Balance cotidiano de la suerte, expuesta en la Bienal de La Habana dentro del proyecto “Detrás del Muro”, este año 2015.

 

El énfasis de la composición, con un fondo que solamente contiene los mínimos objetos posibles, se encuentra en el rostro y el busto de estas personas en los cuales Pilar empleó una gama de iluminaciones desde la más clara hasta la más oscura que  nos permite una lectura muy completa de La Habana urbana, real y vivida profundamente por la fotógrafa suramericana que se ha metido muy dentro de nuestro tejido social hasta el punto de hacernos ver la esencia de personas de la ciudad que muchas veces pasan inadvertidas. Aquí la realidad está despojada del abusado acento turístico, epidérmico y folklorista que todavía, a pesar de las críticas realizadas en medios de prensa por curadores y demás especialistas en artes visuales, continúa inundando los espacios públicos de nuestro país y erigiéndose como el tipo de visualidad absoluta de la sociedad cubana.

 

En los subtextos de estas fotos yace una consecuente investigación sociológica, la cual fue decisiva para la autenticidad de las instantáneas que, desde mi perspectiva, no parecen tomadas por una extranjera; sino por cualquier buen fotógrafo habanero. Pilar Rubí se coloca no solamente en la cómoda y fría posición de quien mira, sino también como quien es mirada. Nos encontramos ante un nuevo tipo de fotografía documental que emplea el elemento artístico, la creatividad y las posibilidades que brindan las técnicas digitales, aspectos estos que no eliminan la veracidad de la imagen.

 

Encaminar la visualidad documental cubana hacia otros derroteros que se enfoquen más allá de la vida en las calles y de las casas deterioradas de nuestra ciudad o mostrar esta misma realidad que contenga el factor humano, arquitectónico y medio ambiental de la manera más profunda, artística y abarcadora posible es necesario, y en la actualidad muchos fotógrafos van en busca de ello para desmontar un imaginario que no precisamente omite estas imágenes, sino que las banaliza y superficializa hasta convertirlas en simple objeto comercial. En este sentido urge una correcta promoción y divulgación del trabajo de Pilar Rubí en nuestros medios de comunicación, el único camino posible para la interiorización por parte del público de esta importante muestra.

 

Fuente: Cubarte