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Las Arqueologías imaginarias de Miquel Navarro ocupan la Sala Kubo-kutxa de San Sebastián
16February
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Las Arqueologías imaginarias de Miquel Navarro ocupan la Sala Kubo-kutxa de San Sebastián

La Sala Kubo-kutxa de San Sebastián acoge la exposición Miquel Navarro. Arqueologías imaginarias, la cual recorre el trabajo de este escultor a través de piezas icónicas de su carrera entre las que se encuentran varias de sus Ciudades y una pieza inédita Placón, una gran escultura de 3,5 m de altura realizada con aluminio macizo. La muestra abre sus puertas del 17 de febrero al 21 de mayo de 2017, y se inaugura el 16 de febrero, a las 20.00 h.

 

Acompañando a las piezas de gran tamaño la exposición, comisariada por Dolores Durán Úcar, se completa con cuadernos de trabajo y piezas de pequeño formato, una serie de pequeñas esculturas, figuritas realizadas con barro que nos remiten a lo académico y a la arqueología, presentadas como el laboratorio de creación y de experimentación que es el estudio del escultor.

 

Es la primera vez que se expone en San Sebastián la obra de Miquel Navarro, Premio Nacional de Artes Plásticas (1986) y uno de los máximos representantes de la llamada «nueva escultura española».

 

Miquel Navarro nace el 29 de septiembre de 1945 en Mislata, un pueblo cercano a la ciudad de Valencia donde actualmente vive y trabaja. Entre 1964 y 1968 realiza sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia, en la especialidad de escultura, aunque en esa época su mayor dedicación es al dibujo y la pintura.

 

Es a principios de los años 70, cuando el artista se vuelca de lleno en la escultura. En 1973 crea la primera de sus Ciudades, composiciones formadas por un gran número de pequeñas piezas —volúmenes básicos o transformados que se agrupan, interrelacionan y conectan—  que se extienden directamente sobre el suelo, sin bases que las separen de éste, apoderándose del territorio. Realizadas inicialmente en terracota, más tarde incorpora metales como zinc, aluminio o bronce. Las ciudades, estas arqueologías imaginarias, son un elemento fundamental de la creación del escultor, cuyo trabajo se caracteriza por la recreación del paisaje escultórico, siendo el tema de la ciudad el más significativo.

 

Presenta su primera exposición individual en 1972 en Oviedo. En los años siguientes lo hará en las galerías Buades y Fernando Vijande en Madrid o Juana de Aizpuru en Sevilla, entre otras.  En sus inicios, es clave su participación en la exposición New Images from Spain que, comisariada por Margit Rowell, tiene lugar en The Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York en la primavera de 1980, fundamental para su reconocimiento artístico internacional.

 

En 1986 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas, otorgado por el Ministerio de Educación Cultura y Deporte; ese mismo año participa en el Pabellón Español de la XLII Bienal de Venecia, junto a Ferrán García Sevilla, Cristina Iglesias y José Maria Sicilia. 

 

A partir de ese momento se suceden muestras de su trabajo por todo el mundo, actividad pareja a la instalación de grandes esculturas en el espacio público. En 2005, dona al IVAM —Instituto Valenciano de Arte Moderno— más de quinientas obras, que representan un exhaustivo recorrido por su devenir artístico hasta el momento. Esta misma institución edita en 2015 un catálogo razonado del artista, que reúne las esculturas, dibujos, pinturas y fotografías realizadas entre los años 1964 y 2000.

 

Miquel Navarro, vive actualmente y trabaja en Mislata, donde desde 2016 se celebra la Bienal de Mislata Miquel Navarro.

 

La exposición

 

El trabajo de Miquel Navarro está totalmente ligado a su biografía, ya que los recuerdos de su infancia son determinantes a la hora de configurar la obra de este escultor. Su infancia en Mislata, población en la que se mezclaba el elemento agrícola y el industrial, y a la vez el contraste entre el ambiente rural y la ciudad de Valencia, son totalmente identificables en toda la trayectoria de Navarro.

 

Tras un periodo dedicado al dibujo y la figura humana, Miquel Navarro pronto llega a la escultura, en sus propias palabras “por la necesidad de tocar, de sentir la materia”. Sus primeras obras las realiza en barro, material con referencias a su infancia en un entorno rural, pero también un material que nos remite a la antigüedad, a nuestros orígenes.

 

A inicios de los años 70 Navarro comenzará a realizar sus conocidas Ciudades. Tal y como se ha comentado anteriormente, en un principio las realizará en barro, después introducirá distintos metales —zinc, hierro y aluminio, fundamentalmente—, que nos acercan a la modernidad, a la sociedad industrial.

 

Las ciudades de Miquel Navarro están compuestas por un considerable número de piezas, cientos de unidades, que se extienden directamente sobre el suelo.