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Acosta Danza, en La Habana y España
15August
Artículos

Acosta Danza, en La Habana y España

Inspirador e inspirado, sustentado por la técnica que aderezan con una energía ilimitada que rompe barreras físicas apareció en el caluroso verano cubano en su temporada número XII, la compañía Acosta Danza que dirige el conocido bailarín/coreógrafo Carlos Acosta, durante tres jornadas en el Teatro Nacional de La Habana, hechizando, nuevamente la escena.

A pesar de traer dos piezas ya muy conocidas: Twelve e Imponderable, que compartieron las tablas con el estreno del español Goyo Montero: Llamada, resultó una agradable presentación que volvió a llenar el inmenso coliseo de la Plaza de la Revolución. Hay, en las presentaciones de AD un leitmotiv que puede llegar por distintas vías, una de ellas, la luz, y su ausencia, devenida sombra. Ambas, caminaron por la escena en cada pieza matizando un amplio espectro de sensaciones, anhelos, alegrías, tristezas… humanas, que cobran vida en las mil caras del sentir. Amén de la originalidad que acompaña siempre su decir escénico, ecléctico, amplio.

 

Imponderable. Foto Kike
Imponderable. Foto Kike

 

Las tablas, de pronto, se permearon de un especial colorido con el variado diseño coreográfico, en que se hizo una vez más patente esa síntesis magistral de ideas que siempre lleva consigo, expresado en ininterrumpidas secuencias de eficaz teatralidad, coherencia coreográfica, organicidad plástica, sentido del espacio y evocación de muchas artes…El coreógrafo residente de Acosta Danza, Goyo Montero, regaló una suerte de “segunda temporada”, de su obra Imponderable. Bajo el sugestivo título de Llamada, regresa de la mano de una pieza en la que se hace visible esa fibra mágica de su creatividad para tocar las emociones humanas… Según el coreógrafo, en la primera se refiere a lo inabarcable, y en él logró el “asidero” para traer a colación en Llamada –danza mediante- el concepto de género “cada vez más diversificado”, a lo que se añaden múltiples maneras de reconocer/vivir la sexualidad. Con excelente música de Owen Belton, que diseña el sonido de un instrumento para cada identidad representada, añade las voces: del cantante Miguel Poveda, interpretando el poema –musicalizado- Oda a Walt Whitman (Federico García Lorca), y de Rosalía, en Si tu supieras, compañero…

Con esos “ingredientes”, entrelazando poemas, canciones, ritmo…, la pieza va más allá de lo puramente danzario para internarse en los conflictos humanos que nos alcanzan con fuerza en estos tiempos, y busca en la acción teatral. Los movimientos traduciendo sentimientos, llegan al éxtasis dramático con en ese final en que los bailarines de frente al auditorio desahogan el alma repleta de preguntas/anhelos/contradicciones/tristezas…, encontrando en los artistas (¡excelentes!) el preciso instrumental para dialogar.

Del propio coreógrafo que ha dejado ya varias huellas en la compañía, apareció, abriendo el programa Imponderable, título que atrapa por la originalidad, y en el que se funden como uno solo, voces, luces/sombras. Enfocando cuerpos y armando atmósferas, con sutil/imaginativa iluminación, junto con la música de Owen Belton sobre canciones de Silvio, cuya voz declama sus creaciones poéticas se desliza por la escena la magia del arte. La otra parte, la energía, el gesto, lo plantó en las tablas el conjunto de bailarines de Acosta Danza, con precisión y organicidad en los movimientos, donde todos se concatenan y entrelazan para elevar la proyección escénica.

 

Acosta Danza_Twelve_Cor. Jorge CrecisFoto Pepe Gavilondo
Acosta Danza. Twelve. Cor. Jorge Crecis. Foto Pepe Gavilondo

 

Twelve, de Jorge Crecis (concepto y dirección), esa refrescante/dinámica pieza en la que la cantidad de bailarines en escena (12) aporta el título, estructura una delirante combinación de ideas, movimientos, juegos, espacios…,  en las que mezcla elementos de diversa filiación estética, deportiva y mágica para crear un ambiente singular que atrapa al auditorio En el alucinante espacio vibra la energía que regalan los versátiles bailarines, y las luces, la música (Vincenzo Lamagna) y esas botellas –también protagonistas-  que inundan el terreno escénico con sus luminosidades fugaces, recordándonos, por instantes, esos juegos cumbres del mejor acto circense de malabarismo. El tiempo ha pasado, pero aquellos lejanos «postulados» humanos y estéticos, arraigados en lo más profundo del entonces muy joven danzante, hoy director de Acosta Danza, se van sedimentando con fuerza y tesón, ante cada función de la compañía, en sus cuatro años de existencia.

De gira por España en este agosto

Luego de concluidas las funciones en La Habana, la agrupación partió hacia la península ibérica para presentarse en el octavo mes, en diversos escenarios españoles, con una selección de exitosas obras de su repertorio. La primera de estas actuaciones se será hoy jueves 15 en la 33era. Edición del Festival Castell Peralada, considerado uno de los más importantes del verano español. El programa está conformado, precisamente por las piezas presentadas en La Habana: Imponderable y Llamada, coreografías de Goyo Montero, y Twelve, de Jorge Crecis, así como el dueto Mermaid, de Sidi Larbi Cherkaoui, interpretado por Carlos Acosta y Marta Ortega, y el solo Two, de Russell Maliphant bailado por Acosta. Este programa pasará el 18 de agosto en el Palacio de los Festivales de Santander, y el 22 en el Auditorio Parque Almansa de la provincia de San Javier (Murcia), durante el 50. Festival Internacional de Teatro, Música y Danza que se celebra en esa localidad española.

En portada: Acosta Danza. Ensayos Llamada. Cor. Goyo Montero. Foto Lester Vila