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La imperfecta perfección de vidrios extraordinarios
23November
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La imperfecta perfección de vidrios extraordinarios

Frágiles, imperfectos, bellos y extraordinarios, son los vidrios españoles pertenecientes a la colección del Museo Nacional de Artes Decorativas, que integran la exposición “Vidrio Español en La Habana, S. XVI-XIX”, que desde el 20 de noviembre de 2020, hasta el 26 de febrero de 2001, podrá disfrutar el público asistente al museo.

Disfrute la galería de imágenes: Vidrio español en La Habana

Durante la inauguración de la muestra se presentó también el primer catálogo dedicado a la colección de vidrios españoles del museo, que atesora 72 piezas de gran valor, entre las que se encuentra una salvilla o pie de postre, considerada como la joya de la colección. Este interesante objeto de vidrio, fue soplado en Cataluña a mediados del siglo XVI. Era utilizado para colocar en la mesa botellas y botijos de vino.

 

Salvilla siglo XVI
Salvilla siglo XVI

 

Como “Vidrios Catalanes”, fue denominada en un principio esta colección, cuando fue donada al Museo de Artes Decorativas, por la Academia de Ciencias de Cuba en 1969, remitiéndose a la representación mayoritaria de vidrios de esta región de los siglos XVI al XIX. 

Gracias a la catalogación realizada por Jaime Barrachina, un consagrado experto en vidrios y cristales, del Museo Castell de Peralada, se pudo determinar la presencia de exponentes de otros importantes centros productores españoles, como Cadalso de los Vidrios, Castril de la Peña, María y la Granja de San Ildefonso. El experto hizo notar que la colección posee gran valor por su antigüedad, las tipologías presentadas y su criterio de selección.

Los vidrios españoles de La Habana, elevan a un plano legendario, a objetos que formaban parte de sencillas actividades ordinarias, como beber, comer, alumbrarse y el uso de accesorios para las prácticas religiosas. Entre estos objetos utilitarios se pueden reverenciar las salvillas, botellas, almarrajas, vasos, copas y lamparillas, con decoraciones caprichosas a base de rayado veneciano, diminutas cadenetas a la pinza, cabujones; todos llenos de burbujas e imperfecciones que testimonian su autenticidad, lo que al decir de la Lic. Lidis Nuvia Rodríguez, curadora de la muestra, “develan todo un mundo bello y simple”.

Fotos: Rolando Pujol