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Arte y oficio en el taller de El Greco
05September
Noticias

Arte y oficio en el taller de El Greco

La última exposición programada con motivo de la celebración del IV Centenario de la muerte de El Greco se celebrará en Toledo a partir del 9 de septiembre y lleva por título El Greco: Arte y Oficio. Esta muestra reunirá más de 90 obras, algunas de ellas nunca antes expuestas en España.

 

Junto al Museo de Santa Cruz, centro de esta gran exposición, El Greco: Arte y Oficio contará con otras dos sedes toledanas: la Sacristía de la Catedral y el Museo del Greco. En ambos lugares se exhiben sendos Apostolados del artista, que se unirán durante tres meses a los dos que se exhibirán en el Museo de Santa Cruz: el del Marqués de San Feliz, del Museo Nacional de Escultura de Valladolid –y que llegará desde Oviedo–, y las obras que se conservan del Apostolado de Almadrones (Guadalajara), dispersas tras la Guerra Civil.

 

Comisariada por Leticia Ruiz, esta exposición pretende reflexionar y mostrar el complejo sistema de creación artística que tenía el artista en su taller toledano, abarcando a través de sus obras más importantes toda la producción de El Greco en Toledo.

 

Gracias a esta muestra se expondrán por primera vez obras nunca vista en España, algunas de las cuales viajarán desde colecciones particulares de Reino Unido, Estados Unidos y México, y se podrán comparar in situ diferentes versiones de, por ejemplo, El Expolio, Cristo abrazado a la Cruz, San Francisco o La Crucifixión, entre otros.

 

Taller toledano

 

La llegada de El Greco a España en el último tercio del siglo XVI introdujo una forma innovadora de pintar. El artista contaba con una profunda originalidad debido a su capacidad de absorber técnicas y estilos convirtiéndolos en únicos. Desde sus primeros encargos en la ciudad tuvo que contar con un grupo de artesanos y ayudantes que le permitieron hacerse cargo de la realización de retablos, pero también de trabajos menores destinados a una variada clientela donde se alternaba la producción para parroquias, conventos y numerosos particulares, por eso Domenicos Theotocopoulos tuvo que montar un taller que estaba situado en su propia casa.

 

Esto obligó al pintor a realizar una dinámica de creación pictórica compleja, en la que él mismo se ocupó de realizar de manera autógrafa las obras más importantes, así como los prototipos de sus composiciones más solicitadas, interviniendo luego en la elaboración de réplicas, variantes y copias, con la participación en diferentes grados de los artistas de su taller.