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Art-o-mat: La oveja negra del vending se reconvierte
17June
Artículos

Art-o-mat: La oveja negra del vending se reconvierte

Dentro del antiquísimo y variopinto árbol genealógico de las máquinas expendedoras, conocido por vending, ninguna rama ha sufrido una transformación tan benéfica como la que tuvo aquella que nació en 1926 en la ciudad estadounidense de Filadelfia para la comercialización de cigarrillos.

La historia comenzó en junio de 1997, cuando en una exposición que Clark Whittington realizara en una cafetería de Winston-Salem, ciudad de Carolina del Norte famosa por la producción de tabaco, el artista decidió incluir uno de esos artefactos intervenidos con el fin de que, en lugar de dispensar las dañinas cajetillas, ofreciera al potencial consumidor fotografías en blanco y negro hechas por él.

Tal fue el éxito del artilugio al que denominó Art-o-mat, que la dueña del local le pidió no retirarlo una vez concluida la exhibición. En aras de mantener la disponibilidad de obras y también para no despertar el celo de sus colegas, fueron invitados entonces a participar otros creadores de la zona.

 

Art-o-mat

 

Esa fue la génesis de la Asociación de Artistas del Celofán (AIC, por sus siglas en inglés), organización que en la actualidad cuenta con alrededor de medio millar de miembros, sin importar su categoría, estilo, ni modo de expresión; sólo que provean piezas originales a tono con los requerimientos de medidas, peso y envoltura admitidos por las máquinas y por las reglas de marketing de este colectivo.

Más de un centenar de tales ingenios de muy diverso diseño se haya distribuido por los Estados Unidos, Inglaterra y Australia; al igual que en otros países donde las leyes antitabaquismo han restringido su uso y con ello la utilidad de la función para la que fueron originalmente concebidos.

El darse a conocer en escenarios muchas veces inaccesibles para dichos creadores como las universidades o instituciones culturales de la categoría del Museo Whitney de Arte Estadounidense o el Centro de Artes Visuales de Dayton, en Ohio es, por encima de las ganancias, lo que los motiva a participar de esta iniciativa, pues sólo reciben la mitad del módico precio de cinco dólares con que son comercializadas sus pequeñas esculturas, acuarelas, fotografías y bisuterías.

 

Art-o-mat

 

Para el consumidor, Art-o-.mat es la oportunidad de adquirir una obra original a muy bajo costo e, incluso, solicitar por internet una colección de las mismas, sin que le signifique un gran desembolso. Pero es, por sobre todo, la ocasión de accionar una de esas máquinas no a causa de la mortífera adicción, sino para satisfacer una necesidad tan elevada como aquella a la que respondieron las pioneras que, inventadas por Heráclito en el siglo I a.n.e., expendían agua bendita en los templos de Tebas y el alto Egipto.