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Arte y literatura sobre la cuerda
25May
Artículos

Arte y literatura sobre la cuerda

Lo primero que llama la atención es la forma en que se le comercializa, colgando de cuerdas que exhiben decenas o centenares de folletos. De ahí toma su nombre: literatura de cordel. Heredera de la más remota tradición oral y del romancero portugués y español de la Edad Media, así como de los llamados romances de ciegos, la literatura de cordel llegó a Brasil en el siglo xix y, mientras languidecía en la Península Ibérica, cobró una fuerza extraordinaria –que llega hasta hoy– en el nordeste de aquel país, especialmente en los estados de Ceará, Paraíba y Pernambuco. Formados por cuadernillos de 8, 16, 24 o 32 páginas, los folletos recogen una forma poética peculiar. Se trata de narra- ciones en verso escritas por poetas populares, las cuales abordan temas lo mismo de la vida cotidiana de la región que de grandes episodios históricos, pasando por leyendas de héroes (que no necesariamente coinciden con quienes aparecen en los grandes libros de historia), hechos políticos de actualidad, fenómenos religiosos, crónicas de crímenes horripilantes, versiones de libros o piezas teatrales célebres y hasta de telenovelas de notable audiencia. Tanto el carácter masivo del género como el bajísimo costo de impresión de los folletos han permitido la aparición de decenas de miles de títulos (un solo autor puede tener varios centenares de ellos) y tiradas que han llegado a rebasar el millón de ejemplares. Parte indisoluble del género, al que debe una buena cuota de su atractivo, son las xilogravuras o xilografías que aparecen en cada una de las cubiertas. Generalmente rudimentarias, todas ellas pertenecen a autores conocidos que –a veces de forma tan intuitiva como los propios poetas– han contribuido a modelar el imaginario popular nordestino. No es azaroso que, como parte del interés que la literatura de cordel ha despertado en el ámbito académico, críticos de arte brasileños hayan reconocido que las xilogravuras son la mayor contribución del Nordeste a las artes plásticas del país. En medio de un mundo seducido por la modernidad y la tecnología, los poetas y artistas populares que continúan la tradición del cordel, desafían el sentido común occidental y siguen fieles a un universo que es puntualmente seguido por multitudes y, cada vez más, objeto de culto entre estudiosos de todas partes.