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VÍCTOR MAHANA: EL JARDÍN ESCONDIDO
16December

VÍCTOR MAHANA: EL JARDÍN ESCONDIDO

Reconocido entre los nuevos pintores chilenos por un pulcro realismo de tono onírico, Víctor Mahana (1977) ha sabido reinventarse, abordando variedad de técnicas, formatos y estrategias. Hace dos años que no exhibía.

Un paréntesis en la escena lo sumergió en la investigación multimedia. Su reciente muestra El Jardín Escondido en Galería ARTIUM reunió sus últimas obras: pintura, collage digital, un mural, arte sonoro y el lanzamiento de un disco homónimo con sus incursiones en música electrónica experimental.

¿Por qué el título de la muestra?
Primero, porque me encantan las plantas y donde resido actualmente está lleno de ellas; Y escondido, porque estos últimos dos años no realicé ninguna muestra individual; experimenté muchísimo en torno a las imágenes, el collage digital, la pintura sobre escultura, nuevos formatos y la música.

El jardín escondido ha sido la temática recurrente en las obras del año 2009, es una visión de la naturaleza entre domesticada y salvaje que me fascina: visiones frontales de lugares escondidos, puertas traseras, aberturas en halls, murales y trampas al ojo hacia lugares naturales, salidas visuales, ventanas que contrastan la visión interna/arquitectónica con la visión externa/salvaje. Vienen de recolección de imágenes de viajes de registro que incluyen lugares como la Patagonia, Miami, Fort Lauderdale, Concón, Santiago, etc.

¿Qué cambios hay respecto a tus trabajos anteriores y a la última exposición individual (Utopía, julio de 2007, Galería Praxis)?
La multimedia por un lado, ya que si bien es una exposición de pinturas, éstas coexisten con collages digitales, un mural compuesto por 30 pinturas de 30 x 30 centímetros (una colección de imágenes sacadas de cuadros que ya he pintado, una especie de grandes éxitos de mi pintura), una escultura pintada y el lanzamiento del disco El Jardín Escondido, un compendio de diez años de producción musical (electro árabe, electro rock, rock, 8-bit, etc.), editado por Neurotyka y que se podrá descargar gratuitamente desde mahana.cl y neurotyka.cl.

Hay pintura al óleo trabajada de muchas maneras, un proceso pictórico que va desde el año 2006 hasta el 2009, buscando una mayor expresividad de la pincelada y el color, pero una valoración ascendente también de ese trabajo en digital, sumando un par de obras impresas que intentan dar cuenta del proceso. También habrá sorpresas, porque he experimentado en el montaje y por primera vez realizaré arte sonoro, acompañando una pintura de gran formato, lo que será una especie de soundtrack.

¿El trabajo con arte sonoro se limita al soundtrack de una pintura?
Es una interpretación libre de la imagen. En ese sentido, puede ser entendido como un soundtrack. Pero el concepto de canción no calza; más bien es una interpretación sonora, libre, que apoya a la imagen y expande su significado.

¿Cómo dialogan la pintura y la música en tu trabajo? ¿Se relacionan de algún modo?

Bastante. Me di cuenta al terminar el primer disco de duobit (Neurotyka, 2007) que mi forma de abordar la música es a través del remix. En un texto, Eduardo Navas (artista, historiador y crítico de nuevos medios, nacido en El Salvador y radicado en Estados Unidos) dice: “La actividad de tomar material preexistente para combinarlo en nuevas formas se ha extendido a través de la cultura, incluyendo las artes visuales y hoy en día juega un rol vital en la comunicación de masas”. Y entonces me di cuenta de que mi método de pintura es exactamente el mismo, salvo que en general me auto remixeo. En ambas disciplinas trabajo igual: recolecto, recorto, pego, edito, arreglo, compongo. El remix en mi pintura es súper marcado. El tema central siempre son los sueños vívidos realizados con el proceso creativo, donde cada etapa es un paso significante: fotografías, montaje, photoshop, impresión en un principio, para luego derivar a la pintura al óleo, que dota las imágenes de atmósfera, mejor resolución y edición, vale decir, la pintura mejora las impresiones de los collages digitales, algo así como la pintura de la pintura. Y también las humaniza, queda la impronta, y una creciente actitud gestual que ha aparecido en mi pintura como reacción a las superficies impresas y lisas. La pincelada se nota más y los ritmos en la pintura (ahí hay otra similitud con la música) están cada vez mas preponderantes.

Prensa: Carolina Lara B. / 9 + 82054937 / lara.prensa@gmail.com /
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