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Colombia país invitado en ARCO 2015: Lo único que no puede entrar en crisis es la cultura
06March

Colombia país invitado en ARCO 2015: Lo único que no puede entrar en crisis es la cultura

Colombia ha participado en ARCOmadrid desde la década del 90. Según expertos, actualmente se está convirtiendo en punto focal del arte para Latinoamérica y despierta la atención del resto del mundo; Bogotá se destaca entre las doce ciudades imprescindibles del arte contemporáneo. Estas y otras consideraciones la han llevado a ser el país invitado en la próxima edición de la feria. Sobre estos temas, Fernando Carrillo Flórez, embajador de Colombia en Madrid, dialogó con Arte por Excelencias.

 

Por Ricardo Potts

 

 

¿Qué significado tiene la designación de Colombia como país invitado a ARCO 2015?

 

En primer lugar quiero manifestar el gran privilegio de estar aquí aceptando esta postulación tan honrosa, y creo que es una muestra de confianza indiscutible con lo que representa Colombia hoy en día. Los que éramos en otro momento denominados “países en vías de desarrollo”, nos preguntábamos, pues ¿cuáles son los factores del desarrollo?. Muchos han tratado de explicarlos en función de diversas variables, que el capital financiero, que el capital humano, que el social, pero si hay algo que le da sostenibilidad y razón de ser y proyectos de futuro, es el capital cultural y artístico.

 

¿Un reconocimiento a ese desarrollo?

 

Yo creo que ese es precisamente el reconocimiento que hoy se le está haciendo a Colombia, no sólo por el indicador de desarrollo que representa, sino por la traslación de un país que en las últimas décadas ha tratado de ordenar su economía, su política, sus instituciones y que desde siempre bebió en las fuentes de una herencia cultural que ha sido tan importante, materializada en el nombre de Colombia puesto en alto por la vía precisamente de la cultura y del arte. No sólo es un reconocimiento a la mayoría de edad de Colombia en materia de arte contemporáneo, sino una apuesta a los nuevos, al arte joven, al arte contemporáneo, al arte emergente.

 

¿También a los precursores?

 

Quiero simplemente resaltar que esto es un homenaje igualmente a varios grupos de nuestros artistas, a los precursores, y la lista no es exhaustiva pero creo que hay que mencionarlos: A Fernando Botero, Alejandro Obregón, Santiago Cárdenas, Eduardo Ramírez, Mercedes Hoyos, Carlos Rojas, Beatriz González. También a los contemporáneos, que tienen mucho para mostrar. Algunos creen como en la literatura que nos quedamos en la etapa de los precursores, pero hay mucho para mostrar desde el punto de vista del arte contemporáneo, como Doris Salcedo, José Antonio Suárez, Oscar Muñoz, Juan Fernando Herrán, Felipe Arturo y María Fernanda Cardoso. La apuesta también va por los emergentes, que ya son muchos, tenemos una explosión cultural que se materializa en el compromiso que asumimos hoy. Pero también a nuestros curadores, que han sido de alguna manera como los sabios que han permitido conducir el arte colombiano por este sendero, como José Ignacio Roca, Eduardo Serrano y Oscar Roldán, entre otros.

 

¿Qué puede decirnos del movimiento cultural actual en Colombia?

 

Parte fundamental de todo es también la promoción de nuestras ferias recientes, también un asunto que ha implicado innovación en el caso colombiano. El trabajo que ha hecho María Paz Gaviria, por ejemplo, como directora de Art-Bo, la feria de arte internacional de Bogotá, el apoyo permanente de la Cámara de Comercio de la capital, las ferias que siguen apareciendo. Recientemente en Cartagena de Indias, por ejemplo, la Bienal de Arte, la Bienal de Bogotá, También los premios que hemos instituido como el Luis Caballero en 1996, precisamente para cualificar de alguna manera la oferta nacional de arte colombiano; el Salón Nacional de Artistas. Tenemos más de una decena de museos de arte, así como diez publicaciones, no tanto en años recientes pues algunas tienen ya más de dos décadas y son reconocidas internacionalmente.

 

La elección de Colombia también es un desafío…

 

Sabemos la magnitud del compromiso, que es un gran reto, pero lo vamos a cumplir porque sale precisamente del alma, no es el resultado de un compromiso marginal sino que lo vamos a tomar a pecho y lo vamos a cumplir. Porque eso es precisamente lo que estamos tratando de demostrar en el caso de Colombia, un país que en estas últimas décadas logró salir de los últimos lugares por la forma como nos golpeó la realidad, y que hoy por fortuna puede mostrar grandes resultados en las variables tradicionales, en nuestros resultados económicos y sociales, arrancando  de ese realismo mágico que sostiene, que proyecta hacia el futuro. Yo pienso que las crisis económicas deberían siempre de traducirse en bonanzas culturales, lo único que no puede entrar en crisis es la cultura, porque al fin y al cabo es el salvavidas de la sociedad, es un bálsamo cuando ya la gente no le apuesta a lo económico, porque de alguna manera, se proyecta y tiene la capacidad para marcar esa nueva realidad que estamos comenzando a explorar.

 

Es una elección muy importante para la cultura y el arte colombiano, realmente nos han honrado y creo que es un homenaje a todo el esfuerzo artístico que ha hecho nuestro país en las últimas décadas, a los grandes precursores de nuestro arte, a Botero, a Obregón, a los contemporáneos, a los jóvenes, a toda esa innovación que se ha visto en el arte colombiano  y que corresponde además a un país que se ha venido reinventando, con ese realismo mágico que viene de la literatura de García Márquez.