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María Victoria Rodríguez: «No quisiera detenerme en la música»
20May

María Victoria Rodríguez: «No quisiera detenerme en la música»

Producido por Bismusic, la intérprete y compositora María Victoria Rodríguez se alzó con el Premio Cubadisco 2019 en la categoría Tradición Sonera y Campesina por su CD Entre cuerdas, mientras que por este mismo material la musicóloga Sonia Pérez Casola obtuvo el Premio en Notas Discográficas.

María Victoria—calificada por la crítica como la artista de mayor prestigio dentro de este género, gracias a su voz y la peculiar manera de interpretar distintos temas de la música campesina— fue merecedora en el 2010 del Gran Premio Cubadisco por Mis Raíces. Nueve años demoró en articular el actual CD el cual incluye un grupo de guajiras y criollas olvidadas como Tabaco verde, interpretado maravillosamente por Ramón Veloz; Sueño guajiro, de Agustín Lara; Bajo un palmar, de Pedro Flores (a dúo con Marcos Antonio, uno de los cantantes de la Rondalla Típica Cubana) o la criolla Aunque no te vi llegar, de Marta Valdés, el cual llegó a la intérprete a través de la maestra Argelia Fragoso.

¿Es posible afirmar que hoy eres el resultado de varias personas?

Pienso que sí. Dentro de la música uno siempre busca un patrón, aunque después encuentres tu sello. Mi madre, Mercedita Sosa—a quien le decían La Maravilla de las Tonadas— influyó muchísimo en mi carrera. Desde que nací me nutrí de la música y compartí además con excelentes poetas como Adolfo Alfonso, Justo Vega, El Indio Naborí…

El temperamento de Celina González me cautivaba, tenía que ver muchísimo con el mío. Como sucede con el ímpetu de Bola de Nieve, Rita Montaner, Ramón Veloz, Benny Moré. De todos tomé lo más interesante e hice un “mejunje” para poder cultivar mejor nuestras raíces y la música cubana.

Dices que te exprimes el disco duro para componer, ¿cuántas veces sucede eso?

Yo soy compositora desde que tengo diez años y soy cantante empírica, es decir: no sé plasmar mi música en partituras. Tuve que hacer una autodefensa con mi cerebro a la hora de componer cuando me venían todas las melodías y auxiliarme, por supuesto, de grabadoras, etc. La gente me preguntan cómo hago mis canciones y realmente no sé cómo sucede eso, es un método particular de crear. Hoy tengo más de ciento veinte temas compuestos en géneros diversos: boleros, baladas, son…

A propósito, ¿te molesta un poco que te califiquen solo como una cantante de música campesina?

No. Solo que limita a muchos productores y eso sí no me gustaría. Tuve la suerte de imponerme un poco dentro del género campesino y al mismo tiempo otros productores me llamaron para hacer cosas más atrevidas. He colaborado con el maestro Frank Fernández, Pancho Amat…

En Estados Unidos te llegaron a llamar La Reina del Son…

No me gustan muchos esos calificativos, pero igual se agradecen. En el programa Palmas y Cañas, por ejemplo, me dicen La Voz de Oro de la música campesina… ¡Gracias!

Y tu vida musical hoy, ¿cómo se desenvuelve?

Estoy haciendo muchas cosas novedosas y te confieso, no quisiera detenerme en la música.

Ahora bien, desde tu privilegiada posición, ¿cómo vez el desarrollo de la música campesina? ¿Se estanca o evoluciona?

A pesar de que goza de una buena salud por la poesía, los artistas deben estudiar más este género. Algunos lo desconocen y así no se llega al público, sobre todo a los jóvenes. Por eso incorporo nuevos instrumentos, arreglos más contemporáneos y eso me ha facilitado el encuentro con nuevas generaciones que admiran mi trabajo. La música campesina debe mejorar en eso y hago un llamado a los que defienden este género, que lo hagan por favor, con dignidad, respeto y que indaguen mucho más.